Canciones de película: Entre la dulzura de Audrey y la fuerza de Rocky

  • ¿Qué sería de 'Desayuno con diamantes' sin Audrey Hepburn cantando en la ventana? ¿Y de 'Dos hombres y un destino' sin Paul Newman pedaleando al son de 'Rain drops keep falling on my head'? ¿Y de Rocky sin su 'Eye of the tiger'? No son musicales propiamente dichas, pero hay películas que están, inevitablemente, asociadas a una canción. Sin ellas, no hubiese sido lo mismo.
La escena de Audrey Hepburn cantando 'Moon River' es un clásico del cine
La escena de Audrey Hepburn cantando 'Moon River' es un clásico del cine
Getty Images
M. J. Arias

Hay decenas, cientos, miles de películas memorables gracias, entre otras cosas, a una canción. Un tema musical compuesto o no para la ocasión que se graba en la memoria del espectador unido a una escena concreta o a la película en su conjunto. 'Desayuno con diamantes', 'El golpe', 'Pulp fiction' y 'Rocky' no serían lo mismo sin la banda sonora que los acompaña.

Cómo olvidar a la dulce Holly (Audrey Hepburn) de 'Desayuno con diamantes' (1961) entonando 'Moon River' en la salida de incendios mientras Paul (George Peppard) la contempla embelesado. El tema, un clásico de Johnny Mercer, fue galardonado con un Oscar como mejor canción original. Lo más llamativo es que estuvo a punto de ser suprimida del montaje final. Afortunadamente, Hepburn se opuso a ello.

Una de las escenas más recordadas cuando se habla de 'Casablanca' (1942) es aquella en la que Ingrid Bergman pedía con toda su dulzura y melancolía a Sam que tocase de nuevo esa canción. Para ayudarle a recordar, tarareaba los primeros compases de 'As Time Goes By'. La banda sonora de la película estuvo nominada, aunque finalmente no se alzó con la estatuilla. El tema era una versión del original compuesto por Herman Hupfeld para un musical de Brodway llamado 'Everybody's Welcome', representado once años antes que el mítico film de Michael Curtiz.

Otro de los grandes clásicos es el paseo en bici de Paul Newman (Butch Casiddy) junto a Katherin Ross en 'Dos hombres y un destino' (1969). Ambos actores hacen equilibrismos sobre la bici al tiempo que suena 'Rain Drops Keep Fallin on my Head'. La cosa acaba como acaba. No podía ser de otra manera. El tema, compuesto por Hal David y Burt Bacharach fue galardonado con el Oscar a la mejor canción original. Muchos años después, en 2004, se incluyó en el montaje de una escena un tanto cómico-ridícula protagonizada por Tobey Maguire en 'Spiderman 2'.

Aunque no fue compuesta expresamente para 'El golpe' (1973), sí está inevitablemente asociado a ella 'The Entertainer'. Un tema creado por Scott Joplin a comienzos del siglo XX que popularizó la película protagonizada por Paul Newman y Robert Reford y que dirigió, como 'Dos hombres y un destino', George Roy Hill. Marvin Hamlisch fue el encargado de realizar las distintas versiones de la canción para la cinta y recibió un Oscar por ello.

También consiguió estatuilla una de las tonadillas, sin duda, más famosas de la historia del cine. 'Somehere Over the Rainbow', emblema de 'El mago de Oz' (1939). La partitura corrió a cargo de Harold Arlen, mientras que la letra fue obra de E.Y. Harburg. La canción, que ha sido versionada infinidad de veces, fue interpretada originalmente por Judy Garland, en el papel de Dorothy. Después, cada vez que acudía a un acto, le pedían que la interpretase de nuevo.

Quien haya visto 'Gilda' (1946), de Charles Vidor, recordará perfectamente el momento en el que Rita Hayworth salta al escenario y, contoneando caderas y melena como sólo ella sabía hacerlo, interpreta el número 'Put the Blame on Mame'. Entonces dejó atónitos a los espectadores. Tanto a los de su numerito en directo como a los que la vieron después desde el otro lado de la pantalla. La canción fue compuesta por Allan Robert y Doris Fisher para la película.

Una costumbre nada pasajera

Lo de crear escenas memorables en base a una canción no es exclusivo del blanco y negro. Cine y música van inevitablemente unidos y el cine actual también ha dado asociaciones que merece la pena recordar. Como la conjunción de 'Eye of the Tiger' y la saga 'Rocky', con Sylvestre Stallone lanzando puños al aire para calentar antes de saltar al cuadrilátero al ritmo de los compases iniciales. La canción fue escrita por el grupo Survivor en 1982 por petición expresa de Stallone. El actor quería haber incluido una de Queen para la tercera entrega de Rocky, pero no consiguió los derechos y pidió que le escribieran una ad hoc. Estuvo nominada a los Oscar.

Uno de los bailes cinematográficos más famosos del cine contemporáneo -aunque ya tiene unos años- lo protagonizó un jovencísimo Tom Cruise en 'Risky Business' (1983). Aquella escena marcó una época. Ataviado con una camisa rosa chicle, calcetines blancos, calzoncillos a juego, sin pantalones y armado con un candelabro a modo de micrófono, Joel Goodsen (así se llama el protagonista) se marca un espasmódico baile por el salón de su casa que culmina lo que pudieron ser los inicios del 'air guitar'. Mientras, suena 'Old Time Rock & Roll', de Bob Seger, lanzado como single en 1979.

Algo similar hizo después, aunque más madurito, Hugh Grant en 'Love Actually' (2003) bailando 'Jump' de Pointer Sisters como Primer Ministro británico. El mejor momento de toda la película. Incluso el propio Tom Cruise se ha imitado a sí mismo (o algo parecido) después en 'Tropic Thunder' (2008) en una escena que resulta delirante. En ella se le ve bailando hip-hop caracterizado de tal manera que apenas se le reconoce.

Otro de los bailes más conocidos es el que rodaron John Travolta y Uma Thurman en 1994. Se trata, claro está, de una de las escenas más famosas de la película de Quentin Tarantino, 'Pulp Fiction'. En ella, Travolta y Thurman se dejan llevar con estilo propio mientras suena 'You Never Can Tell'. La canción tiene su historia. Fue escrita por Chuck Berry 30 años antes de que se estrenase la película mientas cumplía condena.

Éstas son sólo unas pocas, porque hay muchas más. Infinidad de escenas a las que una buena canción las convierten en mucho más cómicas, dramáticas, misteriosas, terroríficas… Quizá una de las más recientes que han dejado huella sea el entierro de El comediante en 'Watchmen' (2009), lloviendo y aderezada con el 'Sound of the Silence' de Simon & Garfunkel. Tristeza y melancolía puras.

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