Carrillo y Savater coinciden en un 'Gran Hermano' de intelectuales

  • El escritor Carlos Cañeque, ganador del premio Nadal en 1997, debuta en el cine con un documental en el que un grupo de grandes pensadores españoles hablan sin tapujos sobre sus experiencias con el sexo, las drogas o el dolor.
Carrillo y Savater coinciden en un 'Gran Hermano' de intelectuales
Carrillo y Savater coinciden en un 'Gran Hermano' de intelectuales
lainformacion.com
Fernando de Luis-Orueta (Málaga)

El documental se ha convertido en el gran protagonista del Festival de Málaga, habida cuenta de que la calidad media de las películas en competición oficial es menor que en ediciones anteriores. En cambio, la sección de documentales es una de las que más está dando que hablar.

Uno de esos trabajos es Queridísimo intelectuales (Del placer y del dolor), realizado por el escritor y músico Carlos Cañeque, que había tenido algún flirteo con el cortometraje en su juventud. Ahora, este ganador del Premio Nadal de novela ( Quién, 1997), ha realizado su primer largometraje en el que diez primeras figuras del pensamiento contemporáneo español desgranan su visión sobre –digámoslo ya- la vida.

"El cine, a diferencia de la música y la novela, es totalmente colectivo. Para mí ha sido toda una experiencia", confiesa Cañeque. Y este trabajo, creado a base exclusivamente de testimonios, más colaborativo todavía.

Entre los entrevistados figuran el filósofo Fernando Savater, el político Santiago Carrillo, la psicóloga y editora Elena Ochoa, el historiador del Cine Román Gubern o el escritor Javier Tomeo. Así hasta completar una decena de primeras figuras del mundo intelectual y universitario español. "Ideológica y políticamente son personas diferentes, pero forman un grupo. Todos ellos, de una forma o de otra, son rebeldes", asegura.

"Quería que la selección de personajes fuera plural, pero el caso es que el 70 o el 80% de ellos son amigos de hace mucho tiempo. A los que menos conocía eran a Santiago Carrillo y Elena Ochoa, pero a los demás ha sido fácil reunirlos, casi natural".

El documental está, efectivamente, planteado como una charla entre viejos amigos. "Para mí estar en el paraíso es eso: estar con amigos filosofando", apunta. Pero ese grado de intimidad tiene sus riesgos: "A veces me he sentido un poco traidor porque les he querido llevar a las conversaciones que tenemos en privado, que a veces son muy fuertes".

Pero la idea inicial no era esta de entrevistarles por separado y con ese metraje montar una película, sino un proyecto mucho más "loco", como lo califica el propio Cañete. "La génesis de esto era hacer un Gran Hermano de intelectuales. Localicé el lugar en una masía de mi hermano. Pensé que si consiguiera meter allí 24 horas a Carrillo, a Savater… la espontaneidad de un desayuno en pijama podía tener pegada y que a alguna televisión le podía llegar a interesar. Pero un productor me dijo inmediatamente que era carísimo y lo tuve que descartar".

Finalmente, Cañeque grabó unas 20 horas de material, que finalmente han quedado condensadas en una hora y media a lo largo de la cual los diez intelectuales reflexionan sobre el placer y el dolor. "Es casi hablar de la vida: el erotismo, la transgresión, los sesenta, las drogas, la alegría, el orgullo, el narcisismo; y los dolores: la angustia, el miedo… Del desiderátum de felicidad, de lo que nos alegra, de lo que nos hace pensar en una vida mejor".

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