China recupera al héroe altruista Lei Feng en el cincuentenario de su muerte

  • China recuerda hoy con diversos actos conmemorativos al héroe comunista Lei Feng, joven soldado famoso por sus buenas acciones, en un año en el que se cumple el cincuentenario de su muerte y en el que se quiere usar su modelo para recuperar valores altruistas en una sociedad marcada por el materialismo.

Antonio Broto

Pekín, 5 mar.- China recuerda hoy con diversos actos conmemorativos al héroe comunista Lei Feng, joven soldado famoso por sus buenas acciones, en un año en el que se cumple el cincuentenario de su muerte y en el que se quiere usar su modelo para recuperar valores altruistas en una sociedad marcada por el materialismo.

El "Día de Aprender de Lei Feng", que cada año se celebra el 5 de marzo, ha sido en 2012 celebrado con mayor intensidad, con ciclos de conferencias sobre el personaje en las semanas previas, multitudes de artículos en la prensa oficial, y una campaña de recuperación de su figura en internet.

Además, hoy en Shanghái un millar de estudiantes disfrazados como Lei Feng, con vestimentas de soldado de los años 60, homenajearon al héroe en las calles de esa ciudad.

Lei falleció el 15 de agosto de 1962 con 21 años, en un accidente durante una de sus buenas obras, golpeado por un poste telefónico cuando ayudaba a un camión a maniobrar.

Casi siete meses después, el 5 de marzo de 1963, Mao Zedong lo convertía en modelo ético del comunismo con su célebre lema "aprended de Lei Feng", proclamado ese día.

En aquella década, que después vería surgir la Revolución Cultural, se editaron millones de copias del diario del joven soldado que todo buen "guardia rojo" debía aprender casi de memoria.

Por ejemplo, la célebre frase en la que Lei, un huérfano que prácticamente fue criado en un cuartel por los soldados, decía ser "un tornillo revolucionario que nunca se oxida".

La especial intensidad de las celebraciones de este año se debe, según el diario "South China Morning Post", no sólo a la redonda cifra de 50 años desde su muerte, sino al hecho de que Pekín siempre rescata este personaje en momentos delicados para el régimen.

Así, Lei fue usado por Mao durante la Revolución Cultural, por Deng Xiaoping a finales de los 80 y principios de los 90 -tiempos de crisis económica en China y de protestas- y ahora revive nuevamente su espíritu, en un año sensible para el país por el relevo de poder que habrá en otoño y las crecientes brechas sociales.

También se busca con la figura de Lei, señala hoy la agencia Xinhua, concienciar a los chinos de que hay que retornar al ideal del "buen samaritano", que ayuda sin intereses al prójimo.

El año pasado, tras sucesos como la muerte de una niña atropellada en el sur de China ante la pasiva mirada de una veintena de personas, autoridades y sociedad del país coincidieron en la necesidad de promover una mejora ética de la población, ante el creciente individualismo y materialismo de los ciudadanos.

Lei, según las biografías, apuntaba todas sus buenas acciones en un diario que no enseñaba a nadie, por lo que su altruismo sólo fue conocido tras su muerte por las autoridades comunistas, que lo aprovecharon para convertirlo en un icono del Partido alejado ya de los héroes bélicos de décadas anteriores.

El pueblo natal del soldado, en la provincia sureña de Hunan (la misma en la que nació Mao), fue bautizado entonces con su nombre, y allí cada 5 de marzo un céntrico monumento al hijo predilecto es un tradicional lugar de peregrinación de nostálgicos del maoísmo.

Por otro lado, la silueta del joven, con su icónico gorro de largas orejeras, está tan presente en camisetas u otros "souvenirs" como la del Che en Occidente.

Sin embargo, no todo el mundo en China profesa una pasión incondicional hacia Lei Feng, por la fuerte relación de éste con el Partido Comunista, y hay quien llega a asegurar que el diario con el que se comenzó a venerar a este héroe fue una invención dictada por ideólogos del Poliburó.

También hay quien ve en el mítico soldado un punto de rebeldía que el maoísmo intentó esconder, por ejemplo su gusto por llevar siempre el pelo largo, cuando en el ejército chino se exigía entonces y ahora llevarlo rapado.

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