Cinco tipologías de amor

  • 'El arte de amar' es una comedia coral que se estrena este fin de semana y en la que las historias de cinco parejas diferentes se entrelazan, se solapan y se rozan al son de una música que sólo ellas perciben.

El arte de amar
El arte de amar
Alessia Cisternino

La comparación no es de las más originales: cada vez que nos enamoramos es como si una música empezara a sonar en nuestra cabeza. Para cada uno esta música es diferente y puede sonar en cualquier momento y a cualquier volumen. Es así que arranca la película El arte de amar, una comedia romántica coral que llega a los cines españoles este fin de semana.

La película, dirigida por Emmanuel Mouret, cuenta la historia, o más bien las historias, de cinco parejas diferentes que se rozan, se entrelazan o se superponen, cada una siguiendo esa música, la suya propia.

No siempre se trata de una melodía alegre. Amélie y Ludovic, son la típica pareja que comparte cama pero sólo para dedicarse cada uno a actividades diferentes e inconciliables desde un punto afectivo: por ejemplo dormir y leer, leer y dormir, ver la tele y pintarse las uñas.

Emmanuelle, Paul y Laurent son un trío, aunque no lo sepan, y dos historias de amor aparte. Hay amor, pero no hay traición, pues el amor sólo es música y no necesita sexo, ni mucho menos encontrarse en la realidad.

El de Achille– interpretado por François Cluzet, que hemos visto recientemente en la gran pantalla en la película Intocable– y de su vecina es el amor más típico, el complicado. Seguir la pasión, ser espontáneos, decir siempre lo que se piensa y lo que se siente, pero sin resultar desagradables, exigir sinceridad y no estar listos para parar los golpes. ¿En serio merece la pena pasar por este calvario?

Vanesa y William son los amigos que se convierten en novios. Para ellos la libertad está por encima de todo, como cuando eran amigos. Pero resulta que estar juntos, juntos de verdad, es otro asunto, la mayoría de las veces genéticamente incompatible con la libertad.

Amélie y Boris también son amigos, pero no se convierten en novios, porque Boris conoce a Isabelle, aunque no la vea. Isabelle y Boris son como dos cerillas: su pasión es la hoguera que generan tan sólo con rozarse en la oscuridad y es la más grande que hayan visto nunca. Isabelle y Boris son los novios, novios sin más, antes de que el tiempo, los celos, las traiciones, los planes, los amigos, las familias o el matrimonio ensombrezcan la relación.

Lejos de los estereotipos, El arte de amar es un divertido retrato de todos aquellos sentimientos – aquellas melodías – que interfieren y la vez forman parte del amor. Por eso el amor es un arte, esencialmente búsqueda de equilibrios y no un traje que nos han regalado, perfecto, planchado y al que hay que adaptarse. Cada uno se cose el suyo, a cada uno su melodía. Y no hay una igual que otra.

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