Cincuenta fotógrafos emergentes exponen en el Círculo de Bellas Artes

La azotea del Círculo de Bellas Artes de Madrid acoge hasta el próximo 31 de julio Retratos. Una exposición fotográfica, una muestra que reúne a más de cincuenta fotógrafos emergentes que exploran las posibilidades expresivas – o inexpresivas – del retrato.La exposición, organizada por la Escuela de Fotografía y Centro de Imagen de Madrid EFTI y el Círculo de Bellas Artes, no forma parte de esta edición de PHotoEspaña, pero coincide y comparte con este evento fotográfico el interés hacia el retrato como mundo y comunicación y no sólo como reflejo.

Es el momento del retrato

El resultado son decenas de retratos muy diferentes entre sí y sin embargo capaces de dar vida a una muestra muy compacta y muy sólida. La soledad, las zonas de sombra, el blanco y negro y el color se suceden en el horizonte de la capital como si fueran obras de un único artista. “La idea del retrato es atractiva y es un tema que en este momento es muy actual. El retrato durante muchos años ha sido algo casi utilitario, mientras ahora está absolutamente candente” explica Eduardo Momeñe, coordinador del Máster de Fotografía Documental de EFTI y de esta exposición.

“Hay muchas tendencias en este momento no sólo en los retratos sino en la fotografía en general. Por una parte hay fotografías en color, otras son en blanco y negro, ambas conviven. El blanco y negro y el color siguen conviviendo después de muchos años. Hay muchos retratos que recuerdan a bustos romanos, que transmiten un poco la idea de la pura presencia del rostro y del cuerpo. Los cuerpos simplemente están frente a la cámara”.

“Hay otros retratos que recurren a la máscara, como si buscaran a través de ella una especie de deshumanización. Por eso, viendo esta exposición, a veces puedes pensar que se trata de una única serie, de un único fotógrafo, pero no es una serie sino que existe una forma de entender el retrato”.

Tre fotógrafos, tres retratos

Los alumnos de EFTI han presentado cantidades de fotografías, pero las que han pasado la criba, explica Momeñe, han sido las fotografías más sólidas y las mejor resueltas, siempre teniendo bien en mente que se querían mostrar diversos enfoques de cómo se puede realizar un retrato.

Flora Mészáros, una fotógrafa húngara afincada en Madrid desde hace diez años, retrae a una actriz en este estado peculiar, en este pasaje entre el mundo real y el del teatro, que encuentra interesante, mientras Iñaki Luis expone un retrato de un joven empresario chino en el polígono industrial de Cobo Calleja. Cuenta que ha tenido que ir varias veces antes de ganarse la confianza de los empresarios y comerciantes chinos y convencerlos a que se dejasen fotografiar.

David Schäfer es argentino y viene del fotoperiodismo y de la fotografía documental, pero entre la realidad y el ensueño elige el salto. Su disparo que le retrae de espaldas saltando en una playa de Gijón es un pequeño vuelo de reflexión, explica, y una manera de mirar a su tierra desde el otro lado del mar. Son sólo tres de los fotógrafos y de los retratos que merece la pena ver de esta exposición que concede a los jóvenes fotógrafos el espacio que se merecen y que muy pocas veces tienen. El resto habrá que descubrirlo yendo a verla.