Madrid.- Claudio Abbado (Milán, 1933) es un director comprometido y renovador, además de un "mago" y un "ángel de la guarda" para los jóvenes músicos, que hoy, en la entrega de la Medalla de Oro del Círculo de Bellas Artes (CBA) de Madrid, han cubierto de piropos a su "maestro" aunque él rechace el apelativo.
En un acto presidido por el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, Abbado ha recibido la Medalla de manos del presidente del Círculo de Bellas Artes, Juan Miguel Hernández de León, quien ha resaltado la "valentía" de las propuestas del premiado, que ha sido director de La Scala de Milán, la Ópera de Viena, la Sinfónica de Londres y la Filarmónica de Berlín.
Abaddo creó además, en 2003, la Orquesta del Festival de Lucerna (Suiza), ha fundado la Joven Orquesta Gustav Mahler y apadrina la Simon Bolivar, en su propósito, ha subrayado el presidente del CBA, de contagiar ese "entusiasmo", esa "magia" que él descubrió cuanto tenía 7 años y escuchó a Debussy.
El galardonado ha recordado, en presencia de cuatro de los seis músicos españoles que forman parte de la Orquesta del Festival de Lucerna, con los que tocará este fin de semana la Novena de Mahler en el Auditorio Nacional, que "hace unos años" no había tantos músicos españoles y que, por tanto, "la mejoría ha sido notable".
Le encanta, ha dicho, viajar a España y más desde que descubrió en una columna del Alcázar de Sevilla que "abad" se escribía "abbad", "así, con dos bes", y desde entonces le dice "a todo el mundo" que su familia procede de la capital hispalense.
Abbado ha destacado que lo más importante para los jóvenes que empiezan en esta profesión es "hacer música juntos", que disfruten de tocar y vivir esa experiencia "como si fueran un cuarteto" y no 120.
"Tener la pasión y el amor por la música que tienen ellos, eso es la magia, la que me convenció cuando tenía 7 años de que yo quería hacer aquello que estaba escuchando, aunque es verdad que unas veces hay mucha magia y otras muy poca", ha bromeado.
Por su experiencia, ha dicho, es tan "fantástico" dirigir a los músicos jóvenes como a los veteranos de la Filarmónica de Berlín: "si alguien tiene un valor y algo que decir, si tiene pasión por la música y da todo lo que tiene que dar, es igual de maravilloso".
"Sus" músicos españoles, Lucas Macías (oboe), José Vicente Castelló (trompa), Julia Gállego (flauta travesera) y Josep Puchades (viola) han coincidido con el presentador del acto, el crítico Juan Ángel Vela del Campo, en que el "maestro" es un "seductor", "dentro y fuera" de la orquesta.
Gállego ha destacado que el magnetismo de Abbado reside en que es capaz de "contagiar, de compartir la alegría" de estar juntos cada día, por eso, ha dicho, es "un sueño hecho realidad" trabajar a su lado.
Para Macías, el músico italiano es "un ángel de la guarda" que les da constantemente "oportunidades de crecer" y para Puchades "una inspiración para todos".
"Si Abbado no es el más grande sí es el responsable de que vivamos así la música, que toma el poder cuando se acaban las palabras", ha resaltado Castelló.
Castelló y Macías han interpretado junto con el pianista Sergio Cabrera, en homenaje al premiado, el primer movimiento para el trío con trompa, oboe y piano de Carl Reinecke.
En el homenaje han estado también el director general del Teatro Real, Miguel Muñiz, y los embajadores de Italia y Suiza, entre otras personalidades.
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