Cómo tener a Lady Gaga contenta

  • Lunes, barbacoa. Martes, asiática. Miércoles, mexicana. Jueves, americana. Viernes, bocaditos. Sábado, pasta. Domingo, pavo. Éste es el menú que Lady Gaga elige como cena cada vez que sale de gira. A las cinco en punto. Como se retrasen un minuto en servírselo, se monta el pollo. ¿Extravagante? Viniendo de la diva, no lo parece tanto. Sobre todo porque pide cosas aún más raras. Estos dias actua en España. ¿Tendrán todo listo? Más les vale.
El olor del vestido, más comentado que el traje...
El olor del vestido, más comentado que el traje...
Kevin Winter/Getty Images
M. J. Arias

Cada vez que Lady Gaga decide aterrizar con su gira en una ciudad se desata la locura entre los fans, pero también entre todos aquellos que tendrán que encargarse de la organización. Y es que con las inusuales peticiones que la acompañan, no es de extrañar que todo el mundo se ponga de los nervios cada vez que anuncia su llegada a un sitio. Lo más normal que pide es un menú organizando según los días de la semana. Lo más raro, botellas de oxígeno en el camerino.¿Para qué las querrá? Estos dias actua en España. Habrá que ver cómo sale la cosa.

Según han recogido varios medios sobre su gira 'Monster Ball World Tour', tener contenta a Lady Gaga es algo complicado y parte del contrato. La cantante neoyorquina no actúa en un sitio donde no se cumplan todas y cada una de sus exigencias. Hacerlo no resulta nada fácil a la vista de lo que suele pedir. Algo que no perdona Stefani Joanne Angelina Germanotta -así se llama en realidad- es que en su camerino no haya un par de botellas de oxígeno y cantidades industriales de miel. Para qué las quiere es todo un misterio. Cada uno que elucubre su propia respuesta. Después de todo, estas peticiones no afectan a los fans, salvo que no se cumplan y, entonces, se niegue a saltar al escenario.

Lo que si influye de manera directa a los asistentes a los conciertos es otro de los caprichos de Lady Gaga. Parece ser que servir hielo a la gente durante sus actuaciones está prohibido. Antes, todo lo que quieran, pero cuando falta media hora para que comience el espectáculo se cierra el grifo y las bebidas se sirven lo más frías posibles sin cubitos. El porqué, un misterio.

No sólo de miel vive Lady Gaga. La comida es una de sus exigencias más comunes. Además del dulce manjar mencionado, en su camerino debe haber un sinfín de productos más para reponer fuerzas entre canción y canción. Mucha comida. Ensaladas, frutos secos, carnes, verduras, mucha salsas y hasta nueve tipos de bebidas distintas, todas bajas en calorías, eso sí. Leche desnatada, té verde, zumo, agua vitaminada y refrescos son su perdición.

La cantante parece vivir obsesionada con la dieta, porque mantiene un férreo control sobre todo lo que ingiere y no deja nada a la improvisación. Cuando sale de gira, lleva consigo un menú cerrado para la cena -que debe servirse a las cinco en punto- de cada día de la semana. Lo lunes toca barbacoa. Los martes, comida asiática, ya sea japonesa, china o tailandesa. Los miércoles, cocina mexicana. Los jueves, platos típicos americanos. Los viernes es la noche 'carving', que debe ser algo así como pinchos, bocaditos… Los sábados llega el día de los hidratos con la pasta. Y, para cerrar la semana, nada mejor que un buen pavo asado con su correspondiente guarnición. No hay duda de que se cuida bien. Bueno, mejor dicho, de que hace que la cuiden bien.

Desde luego Lady Gaga es toda una mina a la hora de sacar extravagancias, no sólo en su vestuario (resulta obvio mencionarlo), sino en cuanto a la hora de poner exigencias se refiere. La comida se lleva la palma por cantidad, pero hay cosas que, aún viniendo de ella, no dejan de sorprender. Dicen las malas lenguas que antes de entrar en la habitación de un hotel manda a una avanzadilla de cazafantasmas para que averigüen si algún espectro se aloja allí. Está por ver si han encontrado a alguno. Otras extrañezas que circulan por la Red y que se le atribuyen a esta diva del pop son la de pedir espejos hasta en el techo, flores amarillas, dos crías de puercoespín y un gato persa.

2010, un año plagado de excentricidades

El año que está apunto de cerrarse ha sido de lo más intenso en cuanto a noticias sobre Lady Gaga y sus repetidas locuras se refiere. Su vestuario siempre da que hablar. Es la reina de la provocación, una maestra en dar el cante que disfruta siendo el centro de atención. Lo más comentado fue el traje confeccionado con filetes  (con tocado a juego) que lució en la gala de los MTV Video Music Awards. Se convirtió en el centro de todas las miradas, aunque sólo las moscas se acercaron a ella. Parece ser que su original vestido apestaba bastante.

En plena crisis económica y con las listas del paro engordando por momentos, Lady Gaga contribuyó a ello con dos despidos meteóricos en cuestión de minutos. Ocurrió en Japón y sus víctimas fueron varios miembros de la seguridad y un asistente. A los primeros los fulminó por permitir que un seguidor saltase al escenario. Al otro, porque al bajar al vestuario se dio cuenta que la puerta no estaba cerrada. ¿Y si le hubieran robado la miel? ¿O alguien se hubiese llevado sus botellas de oxígeno? Menuda tragedia. Así que no se lo pensó dos veces y, con la práctica recientemente adquirida, pronunció la temida frase: ¡A la calle! Esta chica no pasa una. En Madrid y Barcelona deben tener los dedos cruzados para que todo marche sobre ruedas.

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