Cotiza al alza Morenito de Aranda, con una importante faena y premio de oreja

  • Juan Miguel Núñez.

Juan Miguel Núñez.

Madrid, 21 may.- Una importante faena de "Morenito de Aranda", de mucha firmeza y valentía en el planteamiento, de torería también en las formas, le valió una oreja que pone en alza su cotización para las otras ferias y plazas de la temporada.

FICHA DEL FESTEJO.- Dos toros de Bañuelos (primero y cuarto), uno de Couto de Fornilhos (quinto), y tres sobreros, de Aurelio Hernando (segundo), Carmen Segovia (tercero) y Domínguez Camacho (sexto, sustituto del segundo "remiendo" de Fornilhos).

Excepto los dos titulares y el sexto, aunque éste demasiado terciado -se tapaba por los pitones-, los otros tres, grandes y bastotes. Todos descastados y difíciles. Sólo el tercero terminó embistiendo con cierta claridad, pero más que nada por la firmeza del torero.

Eulalio López "Zotoluco": bajonazo (silencio); y tres pinchazos y estocada (silencio).

Diego Urdiales: pinchazo, estocada atravesada y descabello (ovación tras aviso); y tres pinchazos y estocada atravesada (silencio tras aviso).

Jesús Martínez "Morenito de Aranda": estocada y descabello (oreja tras aviso); y pinchazo y media baja (aviso y palmas en la despedida).

En cuadrillas, Juan Martín Soto y Luis Carlos Aranda se desmonteraron tras banderillear al tercero y sexto, respectivamente; y a caballo, Nacho Meléndez protagonizó un espectacular tercio de varas en el cuarto.

La plaza rozó el lleno en tarde apacible.

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"MORENITO", AGALLAS Y TORERÍA

Galimatías de ganaderías. Hasta nueve toros saltaron al ruedo, de cinco hierros diferentes. Parecía octubre, cuando se acostumbra la limpieza de corrales. Sorprende que en San Isidro, en mayo, ocurran estas cosas, con la cantidad de toros que hay en el campo.

Lo peor es que por las apariencias, exceptuando los dos de Bañuelos, el resto dejó mucho que desear. Pues se entiende que para una feria de tanta importancia y tan temprana en el calendario hay que buscar el equilibrio y la armonía, un tipo de toro cuyas hechuras ofrezcan verdaderamente garantías de embestir, aunque el juego final no deja de ser una sorpresa.

Toros con aspecto de bueyes de carreta, que por su propia configuración se suelen correr en el Levante, con tanta tradición en los encierros callejeros, donde el mastodonte es el epicentro de los festejos populares. No es de recibo que se estén lidiando tantos de estos en Las Ventas de Madrid. ¿Cuánto supone de ahorro tamaño despropósito en el presupuesto global de corridas en el San Isidro de este año?

Pero la tarde tuvo otro semblante de mucha más relevancia que no puede debe quedar opaco por el desdichado aspecto ganadero: la faena de "Morenito de Aranda" al tercero.

Precisamente un toro con esa deplorable fisonomía, que, menos mal, terminaría siendo la excepción que confirma la regla. No fue fácil sujetarlo en el capote, sin embargo, cuando metía la cara no se desplazaba mal.

Brusco en el primer puyazo, gateó a la salida y se fue suelto del segundo encuentro con el caballo. Ya en la muleta hubo buenas formas por parte de "Morenito" en las probaturas, poniéndose a torear por el izquierdo con mucha seguridad, convencido de que llegaría a encontrar el buen fondo que el toro podía esconder.

Y así fue. Perdiéndole pasos por ahí, medio le desengañó. Más complicado por el otro pitón, obligaba a perderle pasos entre pases. Hasta que se plantó de una vez el torero en su apuesta. Y atacó, quedándose muy quieto, en una tanda a derechas, algo apabullante.

El toro ya no tuvo más opción que la huida hacia adelante, donde le esperaba "Morenito", tragándole, para llevarle por la senda de la emoción cuyo desenlace fue el triunfo. ¡Qué tres derechazos y el de pecho! y otra tanda de igual guisa. Y todavía cuatro "cositas" de mucha enjundia torera a base de recortes y trincheras.

Definitivamente el de Aranda de Duero se salió con la suya, más aún al meter la espada y descabellar a la primera. La oreja que paseó fue el veredicto unánime de la plaza, hasta ahora el triunfo de más peso en la feria.

Lástima que con el sexto bis, pasado de temperamento, no fue posible redondear. Como le había pasado antes al mexicano Zotoluco, también con muy buena actitud en su lote, incluso queriendo torear a su pésimo cuarto como si fuera un toro bueno. Y con Urdiales, valiente a carta cabal en el segundo y queriendo mucho frente al quinto. Menudos toros para intentar darle "fiesta". Por eso, loor a los toreros.

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