David Lagos: "He subido a cantar, no a concursar, y eso se ha transmitido"

Murcia, 17 ago.- "He subido al escenario a cantar, no a concursar, y eso se ha transmitido. Me lo he tomado como una actuación profesional, y eso ha calado", cita el ganador de la Lámpara Minera del Festival del Cante de las Minas, de La Unión (Murcia), el jerezano David Lagos, entre los motivos de su triunfo.

En una entrevista con Efe, considera que el cante "es un estado de ánimo, un momento", y "hay veces que se hace muy bien por seguiriyas o soleás pero no te cuadra una cantiña o unas alegrías, porque también depende de cómo esté uno ese día o ese rato".

Generoso, cree que el 80 por ciento del premio, dotado con 15.000 euros, se lo debe a Jeromo Segura, Lámpara Minera 2013, que lo animó a presentarse y le aconsejó que cuidara especialmente ante el jurado "los muy diferentes matices de los cantes mineros, sus sutilezas y cadencias, que son los que los hacen grandes y bonitos".

Espoleado por Segura, "un compañero fabuloso" que acaba de grabar un disco de cantes mineros unionenses, a sus 41 años era la primera vez que se presentaba al concurso de cante de La Unión, en el que ha logrado también los premios por malagueñas, seguiriyas, cartageneras y alegrías, y ha sido llegar y besar la Lámpara: "He tenido esa suerte".

Con letras compuestas especialmente para la ocasión, dice haberlas sentido por ello especialmente al interpretarlas este jerezano que, como tal, se siente "muy a gusto" en la bulería y opina que "es en la seguiriya donde hay que darlo todo", aunque no tiene ningún palo predilecto.

"Dios quiera que este premio traiga mucho trabajo. Es una responsabilidad muy grande y pesa tela, 15 kilos de buen material. Pero, bromas aparte, la Lámpara no es solo ganarla, sino defenderla, por lo que hay que olvidar rápido el éxito y seguir luchando y estudiando los cantes", sostiene Lagos.

Con una vasta experiencia como cantaor de atrás -o "p'atrás", como dice él- de cuadros de baile de grandes figuras de distintas generaciones como Luisillo, Eva la Yerbanuena, Cristina Hoyos, Israel Galván y Joaquín Grilo, entre otras muchas, considera ese puesto una gran escuela, pues además de "dar tablas, el bailaor a veces pide palos que uno no incluiría en un repertorio de cante".

Antes, explica, estaba considerado una figura secundaria, pero hoy día muchas veces "hay que escuchar al cantaor 'p'atrás' para escuchar buenos cantes", por lo que anima a sus compañeros cantaores de cuadros de baile a "dejarse los miedos y presentarse a concursos, porque los jurados pueden reconocer su valía, y si no los cogen para las semifinales, no pasa nada, pero es importante presentarse".

Premios tan importantes como la Lámpara Minera, concluye, "siempre vienen cargados de trabajo y son un empujón para intentar buscarse un sitito en los escenarios para poder llevar pan a casa".