De los gitanos a la locura, París descompone la fotografía de Mathieu Pernot

  • Javier Albisu.

Javier Albisu.

París, 12 feb.- La mirada fotográfica de Mathieu Pernot se desdobla en dos exposiciones simultáneas en París, a través de veinte años de reportajes sobre la vida de gitanos franceses y mediante sus investigaciones de los géneros fotográficos, a partir de imágenes recuperadas del archivo de un hospital psiquiátrico.

En "La Traversé", que puede visitarse en el Museo del Jeu de Paume hasta el próximo 18 de mayo, Pernot (1970, Fréjus) recupera su trabajo, en color y blanco y negro, desde que en los años noventa estudiaba en la Escuela de Fotografía de Arles, en el mediterráneo francés.

Fue allí donde comenzó a interesarse por relatar historias con varias voces, siempre con una inclinación por la temática social, y donde comenzó a frecuentar a una familia de gitanos, con la que mantiene ahora una relación de más de veinte años y a quienes visita regularmente, como si fuera el primo extraño al que le gusta hacer fotos.

Las cabinas de fotomatón de una estación de tren, con las que retrataba a los niños de un poblado cercano a Arles, fueron la puerta de entrada para que este antiguo aspirante a profesor de judo y marido de la fotógrafa española Anna Malagrida se introdujera en la vida de una comunidad históricamente estigmatizada.

"El problema viene cuando esa comunidad se convierte en un objeto de debate político y electoral" y se les retrata "caricaturizados", explica a Efe Pernot.

Este diferencia entre las continuas expulsiones en Francia de gitanos búlgaros o rumanos y la vida de los cíngaros galos, que están arraigados en el país desde hace siglos y que viven "desde fuera" la tensa situación de otros miembros de su etnia.

El fotógrafo ha acompañado con su cámara las vidas de aquellos niños, les ha visto crecer, celebrar sus matrimonios y llorar a sus muertos. Su interés por esas vidas le llevó a desarrollar la serie "Un campo para los bohemios", donde perfila un estudio histórico sobre el campamento de concentración de Saliers, el único que la Francia ocupada por los nazis reservó exclusivamente a los gitanos.

La muestra que le consagra a Pernot el Jeu de Paume, estructurada en una docena de secciones, se detiene también en los edificios de vivienda social construidos en Francia entre 1959 y 1980.

En la serie "Les Meilleures Mondes", el fotógrafo recupera sesenta tarjetas postales que sirvieron para promocionar aquellas "máquinas de vivir" como idílicos espacios residenciales y símbolo del progreso social.

"Muestra la tensión entre la utopía del hábitat y la constatación posterior de que son lugares inhabitables", resume la directora del museo, Marta Gili, comisaria de la exposición.

La serie "Fênetres" (Ventanas) da continuidad a ese trabajo y muestra las vistas ofrecidas por algunas de esos alojamientos destinados a ser derribados, mientras que la sección "Implosions" da cuenta de las demoliciones de aquellas masas de cemento.

El trabajo de Pernot, esta vez en su faceta de historiador, prosigue en la parisina Maison Rouge, un espacio cultural cercano a la plaza de la Bastilla en la que hasta el próximo 11 de mayo puede contemplarse "L'asile des photographies", concebida junto con Philippe Artières.

La exposición reúne fotografías, vídeos y documentos de texto encontrados en el extinto Hospital Psiquiátrico de Picauville, en el noreste de Francia, institución que en 2010 encargó al fotógrafo y al historiador un proyecto para conservar la memoria de ese centro.

Gracias, en parte, a la pasión de una enfermera del hospital por la fotografía y el cine, y a los propios archivos del hospital, Pernot y Artières, han podido dar testimonio de lo que fue ese centro y repasar, a menudo con imágenes anónimas de pacientes desconocidos, la historia de los géneros de la fotografías: retrato, turística, médica, periodística, instantáneas domésticas...

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