De Niro y Norton se enfrentan en “Stone”, un drama con apariencia de thriller

“Stone”, tiene la apariencia de un thriller, aunque, en realidad, lo que ofrece el largometraje se distancie de una película de acción al uso. El director John Curran, que presentó el filme en la XXXI Mostra de Valencia, está orgulloso de jugar al despiste con los desprevenidos espectadores.

“Hemos decidido hacer una película donde se hable de temas realmente importantes como el deber, el pecado, la redención, la fe o Dios. Puede parecer demasiado pretencioso o serio. No sabíamos si con estos elementos la película iba a ser un éxito”, dice el director.

“Sin embargo, la cinta tiene apariencia de un thriller y, además, cuenta con De Niro, Milla Jovovich y Norton. La gente que entra el cine puede que diga mientras ve la película: ’¿Qué es esto?’ Quería provocar. Me apetecía que la gente entrara pensando una cosa y saliese diciendo: ‘No creí que se fueran a hablar de Dios’. Puede que a algunas personas no le guste, pero a mí me parece divertido”, añade.

El largometraje nos cuenta la peculiar relación que se establece entre Jack Mabry (Robert De Niro), un agente de libertad condicional, y el recluso Gerald ‘Stone’ Creeson, un criminal que fue encarcelado por encubrir el asesinato de sus abuelos. Entre ellos aparecerá Lucetta (Milla Jovovich), la esposa de Stone, que tendrá un affair con el funcionario de prisiones para conseguir que su marido obtenga la libertad condicional.

Contado de esta manera, el filme puede parece un thriller con cierta carga erótica. Sin embargo, Curran y su guionista, Angus MacLachlan, convierten su material de partida en un drama de personajes más profundo de lo que aparenta a primera vista.

La primera parte del largometraje es casi un juego de ping pong verbal entre el funcionario y el preso. De Niro aparece como la encarnación de la ley, la fe y las buenas costumbres, mientras que el de Norton es casi el símbolo del mal.

No obstante, la película va poco a poco borrando los límites convirtiendo al hombre teóricamente intachable en alguien que pierde la confianza en todo, mientras que el recluso inicia algo parecido a un proceso de reinserción.

El catalizador de este cambio en el personaje que encarna De Niro es la esposa del prisionero. Ella es la que empujara al agente de la condicional al adulterio y acabará con su aparente integridad moral.

La cinta es también, como recuerda su director, “una película donde cada personaje está encerrado en su propia cárcel”. Las diálogos entre el funcionario de la condicional y el preso, o entre éste y su esposa son ejemplos de lo que el realizador denomina “mala comunicación”. En definitiva, todos los personajes, incluido el de la sufrida esposa de funcionario de prisiones, aparecen atrapados de una u otra manera en sí mismos.

Con estos mimbres, “Stone” se convierte en un filme casi intimista, donde el personaje de ese hombre a la deriva encarnado por De Niro se termina apoderando de la función en detrimento de los interpretados por Jovovich y Norton.