Desnudar en cuerpo y alma a la mujer madura, fin de "Todas querían ser reina"

  • La belleza y atracción del cuerpo desnudo de una mujer madura, pero sobre todo, la fascinación por desvelar sus aspectos "íntimos y emocionales", son las claves de "Todas querían ser reina", una serie fotográfica de la artista chilena Ana María Casanueva Labra.

Javier M. Uzcátegui

Santiago de Chile, 28 jul.- La belleza y atracción del cuerpo desnudo de una mujer madura, pero sobre todo, la fascinación por desvelar sus aspectos "íntimos y emocionales", son las claves de "Todas querían ser reina", una serie fotográfica de la artista chilena Ana María Casanueva Labra.

"Quería que fueran mujeres mayores de cuarenta, y aunque hay mujeres fotografiadas con sus hijas, también está la abuela que fotografié con su nieta, pero son las únicas que aparecen acompañadas para mostrar el paso del tiempo", explicó la fotógrafa en una conversación con Efe.

La serie fotográfica, que se expondrá a partir del 3 de agosto en la "Casona Nemesio Antúnez", de la capital chilena, en el marco del espacio colectivo "Laberinto del amor y el erotismo", nació a partir de un trabajo académico de Casanueva en torno "a la idea del espejo", como parte de sus estudios en Artes Visuales.

Se trataba de capturar los cuerpos desnudos, sin artificios, y de aprehender el espíritu y las emociones de las modelos a través de los tonos sepias y blanco y negro de las imágenes.

"Si tú las miras a ellas (a las fotografiadas), todas tienen un carácter especial. Yo me fijé en la vida que les había tocado vivir, y busqué la belleza a través de esa experiencia", subrayó la artista.

Con estas premisas, Casanueva, quien también se ha fotografiado a sí misma desnuda para la muestra, destacó el punto "coqueto" que transmiten sus modelos. Una característica que puede apreciarse "más allá" de las propias imágenes.

"Yo hablé con ellas, y me di cuenta de que todas son vanidosas, incluyendo una persona de 70 años (...) Cuando le tomé las fotos a ella, me dijo: 'esto es lo que yo había soñado toda mi vida, sacarme la ropa y que alguien me fotografiara'", reveló la creadora.

Y añadió: "Con esa sorpresa me encontré, y tanto es así, que hubo personas que por problemas con el marido o con el trabajo no pudieron tomarse las fotos, aunque querían".

No fue este el caso de Verónica Yañez, una de las mujeres "desveladas" por el lente de Casanueva, para quien la sesión fotográfica fue una experiencia "íntima y liberadora".

"Yo creo que el ser humano debe atreverse a hacer estas cosas. Lo que pasa es que nosotros, los chilenos, en general somos bastante pechoños (santurrones) y conservadores. Yo recomiendo atreverse a hacer estas cosas, porque es un tema de liberación, de madurez e incluso de cultura", apostilló la modelo.

Casanueva, cuya carrera artística se ha desarrollado mayoritariamente en el marco de la pintura impresionista, utilizó "herramientas muy básicas" para la captura de los cuerpos y las "emociones" de sus "niñas" -así llama la artista a sus modelos-, predominando, por ejemplo, el uso de velas como iluminación.

"Yo no tengo un estudio ni los medios, únicamente una cámara, así que puse en práctica todos los elementos que tenía alrededor. La luz natural que entraba por las ventanas, por ejemplo, pero lo principal para mí fue el ángulo en las imágenes", afirmó Casanueva.

"De eso me preocupé mucho, porque siempre que tomas una foto, más que de la calidad (técnica) de esta, debes preocuparte de la imagen que vas a ver, de cómo te vas a ver. Lograr la sonrisa de ellas (de sus modelos) fue lo que a mí me capturó", apostilló.

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