Madrid.- Por primera vez salen a la luz 45 dibujos, la mayoría inéditos, del artista canario Manolo Millares, que ennobleció el uso de la arpillera y que con su única arma, un pincel cargado de gouache, cargó contra la represión de la Iglesia española del pasado siglo.
Esas obras, reunidas en el libro "Los curas de Millares" (La Fábrica Editorial), que será presentado hoy en el Museo Reina Sofía, fueron creadas por Millares entre 1960 y 1964 y tan sólo unos quince de los 45 fueron reproducidos antes, es decir, "editados con motivo de alguna exposición", según dijo a Efe su viuda, Elvireta Escobio.
La cuestión es ¿por qué esos dibujos han estado casi 50 años sin ser publicados? "Obviamente, el tema religioso en la posguerra española, que duró hasta anteayer, era más solapado y tabú que ningún otro", indicó Escobio por e-mail.
"Está claro que el poder, quien lo ostentaba y lo ejerció bien a gusto fue la Iglesia", añadió.
El volumen recoge los dibujos de Millares de sacerdotes católicos que ejercieron en las Islas Canarias, la Alcarria y Cuenca, aunque "son más bien -explicó la viuda- una especie endémica de tierras españolas, bien aclimatada desde tiempos inmemoriales, agarrada al poder y resistente a cualquier cambio que pueda debilitar su hegemonía".
A pesar de que los dibujos de "Los curas de Millares" están datados entre 1960 y 1964, no se tiene certeza de cuándo Manolo Millares Sall (Las Palmas 1928-Madrid 1972) empezó a pintar párrocos, que "siempre fue un divertimento suyo más o menos terrorífico desde que tuvo uso de razón", declaró Escobio.
¿Y hay más obra de Millares sin salir a la luz? "Supongo que sí. Por mucho que te esfuerces y por bien que intentes hacer las cosas, siempre queda algo traspapelado por unas u otras razones, y esto nos da juego para seguir intentando nuevas visiones sobre una vida y una obra tan complejas", explicó.
"Los curas de Millares" están representados con tejas y bonetes -los sombreros de los clérigos- desnudos o vestidos con sotanas y manteos y en clara actitud de exhibir o tocarse los genitales, de defecar u orinar, empuñando una cruz cristiana o, en ocasiones, luciendo la esvástica y un cuchillo manchado de sangre.
Los dibujos de "Los curas" son característicos de la paleta de color que Millares empleó profusamente: negro, blanco, rojos y ciertos tonos ocres, colores que "le servían para reflejar lo que necesitaba expresar", afirmó Escobio.
Y asimismo los creó en papel. Un soporte que le gustaba usar "seguramente" desde su época de acuarelista, "cuando era casi un niño y empezó a pintar", añadió.
Millares fue un pintor informalista, "pero nunca podemos olvidar la geometría interna de la que toda su obra está impregnada. El amor que sintió por el constructivismo de (Joaquín) Torres García se presiente siempre en lo más profundo de sus cuadros", dijo Escobio.
El libro, que incluye textos del coleccionista Antonio Pérez y del poeta José Manuel Caballero Bonald, ha sido posible gracias a la sinergia de La Fábrica Editorial, la Fundación Antonio Pérez y la Junta de Castilla-La Mancha, según informó La Fábrica.
Belén Palanco
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