Eduardo Aldán: "Con 'Espinete no existe' convertimos la nostalgia en un espectáculo televisivo"

Eduardo Aldán: "Con 'Espinete no existe' convertimos la nostalgia en un espectáculo televisivo"
Eduardo Aldán: "Con 'Espinete no existe' convertimos la nostalgia en un espectáculo televisivo"
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Acompañado de Flipy, productor de 100 Balas (Olmos y Robles), el vasco traslada a la pequeña pantalla la nostalgicomedia, un término acuñado por el mismo con el que pretende enganchar a los que nacieron en los 70, 80 y 90 y descubrir a los más jóvenes un pasado que está casi a la vuelta de la esquina. Se siente afortunado y agradecido. Su primer sueldo fue haciendo magia en Disney Channel y desde entonces ha vivido de su gran pasión, el espectáculo. Pasen y vean...

CHANCE: Vuelves a la pequeña pantalla, ¿por qué?

Eduardo Aldán: Estoy ligado a la televisión de distintas maneras, como guionista, como director, como colaborador -hasta hace muy poco con Buenafuente -, lo que pasa es que conducir un espacio tiene que ser con un formato que me pegue mucho, no es fácil dar con un programa de mi estilo. Además, el teatro ha ocupado gran parte de mi tiempo en estos últimos once años y no era fácil. Pero, ¿cómo no iba a hacer esto que es mi propio proyecto y Junto con Flipy? Nos compraron la idea y el resultado ha sido muy bueno.

CH: 'Espinete no existe' es uno de esos fenómenos únicos que lleva once años en escena. Sin embargo, ¿no es arriesgado trasladar un éxito en el teatro a la televisión, donde te pueden jugar una mala pasada las audiencias?

E.A: Es un medio diferente, en el que todo es mucho más rápido, todo siempre tiene que ser nuevo en cada programa* Mi idea era mantener la esencia del espectáculo, esa mezcla de nostalgia y comedia, que toque la fibra del espectador, que sorprenda. Creo que lo hemos conseguido. Además, el nombre es el mismo, es el gran estandarte, la nostalgicomedia, un término que me saco de la manga para definirlo.

CH: Hablamos de nostalgia, va dirigido a un público potencial, todos aquellos niños de la EGB, pero ¿queréis llegar a otras generaciones?

E.A: El programa se remonta a los 70, 80 e incluso los 90, abarcamos 30 años y todos los palos porque no va a ser solo ese rollo ochentero de moda. Vamos a tirar del maravilloso archivo de TVE. Lo bueno de trabajar en el ente es poder usar su archivo maravilloso, pero de una forma diferente, no como un corta pega ni como documental, sino coger imágenes del pasado y reírnos o emocionarnos. Coger la nostalgia, darle una vuelta y convertirla en un espectáculo televisivo. Desde Los Chiripitifláuticos hasta Los Lunnis, que ha sido hace nada. Pero no solo de televisión, hablaremos de juguetes, de chucherías, de recuerdos del colegio, foros de todo tipo. Además, juntamos siempre a dos invitados conocidos, ídolo y fan, una química especial porque uno creció viendo al otro.

CH: ¿Era obligado que fuera en TVE para poder este Espinete televisivo?

E.A: Es que imagínate qué herramienta, es increíble lo que hemos encontrado. Nuestro objetivo es encontrar perlas, joyas escondidas, inéditas, me encanta bucear y descubrirlas. Como cosas que nos parecerían ahora mismo imposible de hacer en televisión, como fumar, hay cientos de imágenes de gente fumando en entrevistas, en un informativo, en debates* Eso, a un joven que no ha vivido esa época, le sorprenderá seguro, le va a chocar. Pero no solo eso, el tipo de humor que había entonces, el tipo de temas que se trataban, cómo se trataban, momentos muy chirriantes. La memoria nos juega malas pasadas, nos hace creer que aquello era todo muy bonito y a lo mejor no lo era tanto o al revés. Ponerlo delante para revisarlo, creo que es muy interesante.

CH: Tus primeros pases fueron como mago en Disney Channel, ¿estás contento con tu evolución profesional?

E.A: Pues la verdad es que no puedo estar más contento porque he hecho todo lo que quería hacer. He tenido la suerte de poder elegir y decir qué hacer en cada momento. Como me gustan muchos aspectos del mundo del espectáculo, he probado todo, escribir, dirigir, producir, presentar, interpretar* Todo me parece interesante porque de todo se aprende. Hasta de la magia, que es con lo que empecé. No descarto ninguno, es más, suelo cansarme de las cosas y necesito moverme de un palo a otro, por eso siempre he combinado varias facetas al mismo tiempo. Me considero muy afortunado. Mi primer sueldo fue haciendo magia, nunca he hecho otra cosa, eso es una fortuna muy grande y creo que debería estar muy agradecido.

CH: La televisión ha evolucionado muchísimo. ¿Cuál es la diferencia más grande que has notado en el sector?

E.A: Creo que la televisión de hoy en día es muy rápida, como ya, ya, ya... Es un consumo rápido, efímero, y casi compulsivo. Con internet todo ha cambiado y tiene que ser instantáneo. Antes no era así, todo se disfrutaba más porque se vivía más intensamente, pero creo que es un reflejo de la sociedad. No nos deleitamos con lo que hacemos, queremos pasar cuanto antes al siguiente paso. Todo es un reflejo de cómo somos. Hay que sacarle el mayor provecho a esta nueva forma de contar televisión. Antes no había televisión, ni radio, ni cine, había cuentos. Ese cuento no deja de ser lo mismo hoy en día, es contarle historias a la gente de una forma diferente. Ideas, conceptos, con un mensaje muy breve.

CH: En una entrevista en 2004, decías que Espinete había marcado tu carrera. Muchos de tus colegas huyen de ese tipo de conceptos por miedo al encasillamiento. ¿Es tu caso?

E.A: Le debo mucho a ese erizo rosa de dos metros. De hecho, no puede haber encasillamiento porque he hecho tantas cosas, que es imposible. Si que es verdad que esto es el trozo más grande mi vida, el que le he dedicado a este espectáculo que derivó en un libro y ahora en un programa de televisión. Nunca tendré miedo de hacer algo que me encasille, es más, no creo que me pudiera encasillar nunca. Es mejor que te identifiquen con algo que con nada. Por lo que sea quedas en la memoria de la gente por algo que caló, bienvenido sea.

CH: Otro programa destacado de tu carrera es Caiga quien caiga, un programa que marcó una época. ¿Crees que sería viable unos hombres de negro ahora mismo?

E.A: No solo viable, sino necesario. Ya, por favor, hace falta. Ojalá se pusiera en marcha y me encantaría estar en él. Creo que es un formato que no solo entretenía a la audiencia, lo hacía con algo que parecía imposible de tocar, la política. Desgraciadamente, siempre habrá corrupción, todo tipo de cosas susceptibles de ser tratadas en el 'Caiga quien caiga'. Aquel programa marcó una época y estoy orgulloso de haber lucido ese traje negro y esas gafas de sol ya emblemáticas. No puedo ser más afortunado porque he tenido la enorme suerte de trabajar en grandísimos formatos, como el 'Un, dos, tres...', un sueño estar a las órdenes de Chicho Ibañez Serrador; he trabajado en Disney, en el 'CQC', todo lo que he hecho tuve la suerte de ser espectador y luego parte, con lo cual... contento.

CH: ¿Podíais hacer un reencuentro ahora que están tan de moda?

E.A: Os vamos a sorprender en Espinete, vamos a tener una reunión insólita, va a ver un encuentro en plató muy divertido. Cada programa es distinto, esperamos sorprender con esos ocho programas*

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