El aluvión de grandes novedades hace difícil elegir un cómic para Sant Jordi

  • Sergio Andreu.

Sergio Andreu.

Barcelona, 21 abr.- Es habitual que entre los superventas de Sant Jordi haya ya alguna que otra novela gráfica o un cómic de los de toda la vida. Este 2014, las novedades harán difícil la elección, con títulos que optan a clásicos, como "El gato perdido", de Jason, o la "Guía del mal padre", de Guy Delisle.

La parsimonia y la soledad de los personajes, los silencios, las palizas inesperadas que sufre el protagonista, ese romanticismo de toque existencialista: todo en "El gato negro" (Astiberri) parece encaminado a homenajear el universo de Raymond Chandler.

Pero, como siempre hace con las estructuras de género, aquí una novela negra a priori convencional, el noruego Jason subvierte las reglas, y lo que comienza como una historia de "amor fou" de tintes casi sobrenaturales se rebela contra lo previsible para dejar al final al lector con una media sonrisa en la boca y una grieta de hielo en el corazón.

Tampoco falta a su cita primaveral la versión manga de clásicos de la literatura y el pensamiento que desde hace varias temporadas publica Herder ("El capital", de Marx, o "El contrato social", de Rousseau, le preceden).

Este año le toca a "1984", de George Orwell, la paranoia de la omnipresencia vigilante escrita en 1984 por el autor inglés sobre el futuro que vaticinaba para las sociedades "civilizadas" y cuyo argumento conspirativo cuadra a la perfección con la estética nipona de viñeta.

A la espera de poder disfrutar de otro de sus brillantes cuadernos de viajes ("Crónicas de Jerusalén", "Pyongyang", "Crónicas brimanas"), el canadiense Guy Delisle alimenta a sus fans con la "Guía del mal padre 2" (Astiberri), segunda parte de las vivencias de un progenitor provocador que huye del "buenrollismo" asociado a la "gran experiencia vital" de ver crecer a los hijos.

"Enjambre" (Norma) es una colección de cómics y relatos breves cuyo nexo de unión principal, y posiblemente único, es que todos ellos son obra de ilustradoras.

El mago argentino Liniers se saca de la chistera otra entrega, y van nueve, de "Macanudo" (Reservoir Books), sus tiras de trasfondo onírico llenas de personajes que no se resignan a cumplir con los estereotipos atribuidos a monstruos, pingüinos, duendes o niñas resabiadas. Todo con ese humor de muchos registros públicos.

En la sección "productos no clasificables", aparece una temporada más el histriónico "performer/dibujante" Miguel Noguera, que acaba de publicar "Mejor que vivir" (Blackie Books), la "rentrée" de sus nuevos delirios lógicos, formato viñeta, donde entremezcla la física, la retórica, los TOC (trastornos obsesivos compulsivos), la escatología y el intento de este canario-balear-catalán de explicar y plasmar en dibujos situaciones inverosímilmente extremas.

En gran formato se presenta "Norton Gutiérrez y el collar de Emma Tzampak" (Bang Ediciones), de Juan Sáenz Valiente, un Tintín "psicotrónico" inmerso en la típica aventura planetaria en la que se mezclan géneros y divertidas situaciones sacadas de "realities" de saldo de cadenas de TDT.

Coincidiendo con el estreno del filme del mismo nombre se publica "Noé" (Debolsillo), adaptación al cómic de la historia del personaje bíblico con guión del tándem Darren Aronofsky, director a su vez de la superproducción cinematográfica, y Ari Handel e ilustraciones de Niko Henrichon, conocido por "Los leones de Bagdag" y sus portadas para Marvel y DC Cómics.

"Lo mejor de Maitena" (Lumen), una antología de 275 páginas que la propia historietista argentina ha seleccionado entre sus trabajos publicados, incluye como sorpresa para sus seguidores algunos bocetos preliminares.

Si Maitena es la cotidianeidad actual hecha viñeta, "La Mondaine" (Norma), de Zidrou y Jordi Lafebre, es, obviamente, otra cosa, la imaginería parisina de mediados del siglo XX estilizada en grises, añiles y marrones, para mostrar el submundo de la prostitución de hostal barato y la doble moral de una europa más preocupada por las bombas que por las enfermedades venéreas.

Y, aunque no se le pueda clasificar estrictamente de cómic -su definición está más cercana al cuento-, reseñar "Soy un artista" (Blackie little books), de la triunfadora ilustradora catalana Marta Altés, un librito que hará repensar a muchos padres la idea de incentivar a sus retoños para que se conviertan en unos genios de los pinceles, si quieren mantener la paz doméstica.

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