El asesino siempre llama... cuatro veces

  • En 1996 Wes Craven resucitó el género del terror con el primer ‘Scream’. Quince años después el teléfono de la muerte vuelve a sonar en la cuarta secuela del film, que llega hoy a los cines españoles.
S. López-Urrutia

El teléfono suena por primera vez en 1996. Al otro lado de la línea se oye una inquietante y tétrica voz: “¿Hola? ¿Qué número es este?”. Una jovencita e inoportuna Drew Barrymore –prepara palomitas para ver una película de terror- contesta inocentemente: “Creo que se ha equivocado de teléfono, a veces pasa”. Y cuelga.

Pero el llamante anónimo insiste. “Llamo para disculparme (…) No cuelgues (…) Quiero hablar contigo (…) ¿Cuál es tu película de miedo favorita?”. La chica comienza a asustarse. Suena el timbre. “¿Hay alguien ahí?”. Responde la voz del asesino: “Nunca deberías haber preguntado eso ¿No ves películas de miedo? Es como provocar a la muerte”.

Ella y su novio serían las primeras víctimas de Ghostface, protagonista de una saga que ha cosechado quince años de éxitos y que hoy estrena su cuarta entrega en las salas españolas. Tanto Wes Craven como el guionista de la película, Kevin Williamson –que firmó la primera y la segunda secuela- han insistido en que Scream 4 posee un guión sólido y de calidad, condición absoluta para su participación en un proyecto concebido inicialmente como una trilogía y que podría contar con dos secuelas más, si la acogida de la cuarta es buena.

En 1996 Scream recaudó 173 millones de dólares. La segunda parte siguió similar trayectoria con 172 millónes, mientras que la tercera hizo una caja de 162. Esta versión, sin embargo, fue criticada por los expertos por haber perdido su “frescura”.

En esta ocasión, los crímenes se desarrollan en el escenario de la primera película, Woodsboro, ciudad natal de la protagonista, Sidney Prestton (Neve Campbell). Ya adulta, Sidney decide enfrentar sus miedos y volver a casa para promocionar el libro que le ha dado la fama, una obra de autoayuda en la que aborda sus más trágicas experiencias. Allí se rencontrará con viejos conocidos de la saga como el sheriff Dewey (David Arquette) o la periodista Gale Weathers (Courtney Cox) y los asesinatos volverán a sucederse. Al reparto se unen jóvenes promesas, como Emma Roberts (sobrina de Julia Roberts), Hayden Panettiere (Héroes) o Anna Paquín (True Blood).

Homenajeando a los nuevos tiempos, Craven ha incluido en esta entrega referencias a la actual revolución de Internet, blogs y redes sociales. “Scream 4 aborda cuestiones morales y psicológicas profundas sobre una generación que se conoce a sí misma a través de tuits y mensajes, no cara a cara”, declaraba el director a The New York Times. “Caminar por el set y ver cómo todo el mundo agacha la cabeza mirando a una pantalla es inquietante”, añadía.

Reírse del miedo

Sidney recibe una llamada de Ghostface: “¿Te gustan las películas de miedo? ¿Cuál es tu película favorita?” “Oh, vamos, ya sabes que yo no veo esas tonterías” “¿Por qué? ¿Te asustan demasiado?”“No, es porque todas son iguales. Algún estúpido asesino detrás de una actriz cutre de pechos grandes que siempre sale corriendo por las escaleras cuando debería huir hacia la puerta. Es insultante”.

Si algo ha caracterizado a la saga Scream es su capacidad para reírse del género del terror e incluso de sí misma. Precisamente a esta cualidad se ha atribuido buena parte de su éxito. En los noventa los clichés era un hecho en este tipo de cine, que agonizaba.“El género se había viciado. Todo era demasiado evidente”, comenta el guionista Kevin Williamson –también autor de Sé lo que hicisteis y creador de Dawson crece- en el Times. “Si te acercas a una ventana abierta, hazlo sabiendo que un gato va a saltar a través de ella. Si abres el armario de las medicinas, habrá alguien detrás tuyo cuando lo cierres. Quería reírme de todo eso y, a la vez, quería mi película de miedo”.

La clave del éxito de Scream, quizás, es que no huye de las obviedades, las pone en evidencia y las satiriza. “Los estudios quieren apuestas seguras. Las grandes corporaciones tienen una influencia enorme y no buscan productos nuevos y arriesgados. Falta originalidad, claro. Sobra precaución. Por eso quiero sorprender. Quiero elevar el nivel del género", afirmaba Wes Craven a Efe.

Queda la duda, sin embargo, de si la marca Scream sobrevivirá a los tópicos que ridiculiza: “Ese fue el peligro más grande. Existe una línea muy fina entre una cosa y otra y en ningún momento queríamos llegar al terreno de Scary Movie", comentaba Craven. “No iba a permitir que nuestro malvado, Ghostface, hiciera ciertas cosas. El reto era mantenerlo como una presencia aterradora y legítima”.

Cómo sobrevivir en una película de miedo (según los personajes de 'Scream')

1.- No pecar. No tomar drogas, ni beber. No tener sexo. Sólo las vírgenes pueden engañar al asesino.

2.- Bajo ninguna circunstancia decir “ahora vuelvo”.

3.- No preguntar: “¿Hay alguien ahí?” Ni salir a investigar “ruidos” sospechosos.

4.- Recordar que el asesino nunca está totalmente muerto. Siempre se levantará y volverá a atacar.

Mostrar comentarios