El Barbero de Sevilla en México, antídoto contra los recelos hacia la ópera

  • El Barbero de Sevilla, del italiano Gioachino Rossini, una de las más importantes óperas bufas de la historia, llega a la capital mexicana como el antídoto necesario contra los prejuicios que rodean a este género musical, visto como un arte exclusivo para entendidos.

Asela Viar

México, 20 oct.- El Barbero de Sevilla, del italiano Gioachino Rossini, una de las más importantes óperas bufas de la historia, llega a la capital mexicana como el antídoto necesario contra los prejuicios que rodean a este género musical, visto como un arte exclusivo para entendidos.

"Esta ópera es la mejor manera de acercarse al género porque es una comedia y es un ejemplo perfecto para los públicos poco conocedores", afirmó en entrevista con Efe el barítono José Adán Pérez quien interpreta a Fígaro, uno de los protagonistas, el barbero más famoso, hábil y perspicaz de la cultura occidental.

Ambientada en la Sevilla del siglo XVII, esta pieza está cerca de cumplir 200 años desde que fue estrenada el 20 de febrero de 1816 en el Teatro Argentina de Roma, cuando causó cierta polémica por mostrar los conflictos desde el punto de vista de los sirvientes.

"Es un parteaguas. Es curioso cómo se genera una negociación entre estratos sociales y el barbero viene a ser la catarsis social donde ambos niveles empiezan a interactuar de una manera muy peculiar. En su momento generó mucha controversia", explicó el barítono en el Palacio de Bellas Artes, donde se representa desde el pasado martes.

Desde dibujos animados hasta anuncios de televisión han recogido el aria "Largo al factotum", una de las más importantes de esta pieza de dos actos de Rossini, con libreto de Cesare Sterbini, basado de la comedia del mismo nombre del dramaturgo francés Pierre-Augustin de Beaumarchais.

Un amplio elenco de actores, entre los que se encuentran el tenor Javier Camarena o las mezzosopranos Cassandra Zoé Velasco y Guadalupe Paz, lleva al escenario esta pieza en la que también interviene el Coro y la Orquesta del Teatro de Bellas Artes.

"Lo importante de los cantantes que participamos es que se respete el estilo y hagamos una representación digna de aquel estreno que se dio hace 200 años (...). Como conservadores de arte que somos, pues una obra musical es efímera en el tiempo, tenemos que reproducirla para mantenerla viva", declaró Pérez.

Bajo la dirección de Marco Balderi y el diseño de escenografía e iluminación de Juliana Faesler, en la obra también hay lugar para la crítica social, pues se establece una analogía entre la situación de la protagonista femenina, una joven huérfana atrapada en casa de un tutor que la pretende, y la discriminación actual hacia la mujer.

"La ópera se quiso enfocar desde la situación de Rosina, nuestra diva en la obra, en la cual se ve oprimida, limitada en sus libertades. En primera instancia se ve una jaula dorada en la cual vive. Aborda esa opresión que el género femenino aún vive en estos tiempos modernos", aseveró.

Ingeniero de profesión, José Adán Pérez, de 37 años, cumple en esta obra el sueño de representar un papel protagonista en el emblemático Palacio de Bellas Artes, la máxima casa de la cultura de México, y lo hace con un papel que ya interpretó en Sicilia bajo la dirección de un premio nobel de literatura, el italiano Dario Fo.

"Es una gran satisfacción, un gran éxito", expresó, pero precisó que es una satisfacción "compartida", porque "un cantante no se hace a sí mismo sin la ayuda y el apoyo de compañeros, directivos, maestros, así que hay que compartir esa felicidad con todos ellos".

La suya no es una historia común, pues en 2005, tras varios años trabajando en el centro regional de ingeniería de una conocida marca de coches, decidió dejarlo todo y dedicarse por completo a la música, una pasión que desde niño había practicado, aunque no profesionalmente.

"Yo nunca hubiera pensado que esto podía suceder, pero poniendo el corazón y siendo tenaz hay muchas cosas que uno puede lograr", declaró Pérez, quien además participará el próximo 31 de octubre en un homenaje al compositor e intérprete mexicano Agustín Lara, junto con las cantantes Natalia Lafourcade y Eugenia León.

A su juicio, la ópera en México en estos últimos años ha sufrido el recorte de la cultura que ha afectado especialmente a la cantidad de producciones, funciones y a los presupuestos para traer grandes cantantes que están despuntando dentro de la ópera.

"Es lamentable. Para nosotros, los cantantes mexicanos que estamos abriendo espacios en otros países, es muy importante que regresemos a casa y tratemos de compartir lo que hemos logrado y seguir acercando al público, que esta expresión no muera", afirmó.

Criticó que en algunos lugares se considere la ópera como un legado cultural limitado a los países europeos, y explicó que el desarrollo de la música en México va muy de la mano de las expresiones y el canto operístico italiano.

"Es parte de nuestra sangre", agregó, al recordar que existen géneros como el de la ranchera y los mariachis en los que se requiere de una preparación vocal y técnica que permita a sus intérpretes ser escuchados por encima de los numerosos instrumentos que lo acompañan. He ahí la influencia de la ópera.

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