El barrio mexicano de Tepito se aferra al arte para cambiar su imagen

  • El barrio de Tepito, ubicado en el corazón de la capital mexicana, se aferra al arte para mostrar su lado desconocido y alejar a sus jóvenes del narcotráfico, la piratería, el mercado ambulante y el contrabando.

María Dolores Sánchez

México, 21 jul.- El barrio de Tepito, ubicado en el corazón de la capital mexicana, se aferra al arte para mostrar su lado desconocido y alejar a sus jóvenes del narcotráfico, la piratería, el mercado ambulante y el contrabando.

Tepito recibe el apelativo de "bravo" por una placa que recoge la frase que Cuauhtémoc promulgó antes de que Hernán Cortés le hiciese prisionero: "hemos de seguir luchando al amparo de nuestro destino".

Considerado el representante de la resistencia indígena ante los invasores, Cuauhtémoc (1496-1525), también conocido como Cuauhtemotzin, instó a los mexicanos en 1521 a no rendirse y a proteger su lengua, sus creencias y tradiciones indígenas.

De Tepito salieron boxeadores de la talla de Raúl "El Ratón" Macías, Octavio "Famoso" Gómez y Rubén "El Púas" Olivares. Sin embargo, esa bravura original tiene más relación en la actualidad con la violencia que con los triunfos de estos célebres púgiles.

"El barrio ha dejado de ser un semillero de campeones porque los tres deportivos que tiene no están al servicio de los niños y jóvenes", explicó a Efe el director del Centro de Estudios Tepiteños, el cronista Alfonso Hernández.

Un niño que no aprende las reglas básicas de convivencia con el juego, "se va por otro lado", afirmó.

Por ello, desde la Galería José María Velasco imparten talleres de verano para estimular la creatividad de los jóvenes del barrio con cursos de vídeo y artes plásticas.

"Hay varias formas de dar espacio a los jóvenes: cada dos o tres meses algún artista se encarga de cambiar la fachada", comentó el director de la galería, José María Velasco.

En su opinión, el problema reside en la falta de interés de los niños por las actividades culturales: Ellos aspiran a "ser comerciantes para ganar dinero e ir a espectáculos", comentó.

Es por ello que la galería decidió impartir talleres dirigidos a matrimonios jóvenes con hijos para mostrar a los padres la importancia de involucrarlos en las actividades de los más pequeños.

"Hacemos clases para que los papás interactúen con los hijos", dijo, y agregó que se imparten cursos de iniciación a la fotografía, a las artes escénicas y teatro de sombras.

Las autoridades capitalinas se dieron un plazo de un año para mejorar las infraestructuras y las condiciones del tejido social de la colonia Morelos, a la que pertenece Tepito.

Así, recientemente presentaron un plan de prevención de adicciones y conductas antisociales dirigido a las madres con hijos de entre 3 y 6 años para incidir en el desarrollo cognitivo, físico y emocional de los niños a través de la capacitación de las progenitoras.

"Se trata de ver la implicación de los padres en las actividades de sus hijos para que muestren interés en los estudios y en el deporte", explicó la secretaria de Desarrollo Social del Distrito Federal, Rosa Icela Rodríguez.

Por el momento, hay 800 madres inscritas en el programa, que busca también reforzar el número de becas y programas sociales para evitar la "deserción escolar".

Salvador Gallardo llegó a Tepito en el año 1959 seducido por las oportunidades que ofrecía el barrio en ese momento.

"La colonia Morelos me cautivó porque es gente de muchos trabajos: había orfebres, zapateros, ebanistas, barnizadores y artesanos", señaló Gallardo, de 68 años, quien convierte en arte las piezas automotrices en desuso.

Él habla de arte utilitario, de ese que explota las posibilidades de los objetos olvidados para exhibirlos en el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), en las estaciones de metro o en las galerías de la zona.

"La colonia Morelos siempre ha sido un barrio de trabajo, lo que pasa es que ahora los oficios están muy fuera de la ley", señaló.

También la trayectoria de Felipe Hernández está muy ligada al barrio de Tepito, al que llegó hace 58 años, y a la cultura.

"Cuando yo empecé aquí, lo que había relacionado con el arte era muy elitista y cerrado", recordó Hernández, quien subrayó que en el barrio existen ahora alternativas culturales para todos los públicos.

El problema sigue siendo el desempleo y el sistema educativo del país, admitió este promotor del arte, de talleres de cartonería para mujeres y de clases de serigrafía.

"Desafortunadamente, nuestros niños tienen que estar inmersos en la problemática mexicana", señaló, algo de lo que Tepito en estos momentos le es muy complicado escapar.

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