El centenario de Charlot y sus bigotes abren el Curso de Cine de Valladolid

  • El pequeño bigote asociado al personaje de Charlot no lo acompañó en su primera película, sino que otro mostacho con puntas chinescas hacia abajo abrió la "vida" de este icono del humor, que este año cumple cien años y que hoy inaugura el Curso de Cinematografía de la Universidad de Valladolid.

Óscar R. Ventana

Valladolid, 4 ago.- El pequeño bigote asociado al personaje de Charlot no lo acompañó en su primera película, sino que otro mostacho con puntas chinescas hacia abajo abrió la "vida" de este icono del humor, que este año cumple cien años y que hoy inaugura el Curso de Cinematografía de la Universidad de Valladolid.

Este y otros detalles sobre la vida de este personaje han servido al profesor y crítico cinematográfico Jorge Praga para tejer una conferencia en torno a los 26 años (1914-1940) en los que el actor británico Charles Chaplin mantuvo el pulso de Charlot, que sin embargo "no murió con 'El gran dictador' sino que pasó a la eternidad".

En una entrevista con Efe, Praga ha explicado que la potencia del personaje clave para entender la historia del cine mudo hizo que se planteara su existencia como una vida propia, con un nacimiento, un crecimiento y un final.

El azar, la premura y la improvisación que marcaban las producciones de los estudios Keystone, los primeros que confiaron en Chaplin como actor de cine, fueron claves para configurar el aspecto físico de Charlot, ya que le dieron libertad para disfrazarse como quisiera y se decantó por ropa que no era de su talla.

En su primera película, titulada en castellano "Charlot periodista" -"Making a living" en su versión original-, se caracterizó con un sobrero de copa, en lugar del bombín que le acompañaría después; con una ajustada levita que contrastaba con los anchos pantalones, estos sí, santo y seña de su imagen en el futuro.

Pero lo que más llama la atención al visionar este primer filme de Charlot es su bigote con puntas chinescas hacia abajo, que no se sabe muy bien por qué abandonó ya en su siguiente película, titulada "Carreras sofocantes", en la que los primeros planos de su cara comenzaron a marcar cuál sería su camino cinematográfico.

"Su nacimiento fue un poco incierto pero pronto se estabilizó el personaje en ese vagabundo que llega de fuera, solitario...", ha explicado Praga, para quien Chaplin "sacrificó al personaje" cuando le dejó hablar en "El gran dictador" (1940) y después le puso un bello "epílogo" con "Candilejas" (1952), al lado del también mítico Buster Keaton, pero ya sin el nombre de Charlot.

"El personaje se desvanece, pero no muere, como ser cinematográfico se convirtió en eterno", ha resumido el experto, convencido de que, más allá de la tendencia reciente marcada por películas mudas como "The Artist" o la española "Blancanieves", aún hoy las películas convencionales utilizan recursos propios del cine mudo para resaltar momentos concretos del filme.

Casi medio centenar de alumnos, llegados de varios puntos de España y también de países como México, Venezuela y Gran Bretaña, aspiran a hacerse con el título de Especialista en Historia y Estética de la Cinematografía, que otorga la Cátedra de Cine de la Universidad de Valladolid.

Para este año, tras los actos conmemorativos de la 50 edición celebrada en 2013, la Cátedra ha preparado un programa en el que escritores, realizadores, críticos, directores de cine, responsables de escuelas y de filmotecas, profesores universitarios y guionistas estructuran su contenido en torno a ciclos de proyecciones, seminarios, conferencias y clases teóricas.

El cine venezolano actual -gracias a la colaboración del Centro Nacional Autónomo de Cinematografía de Venezuela- los clásicos japoneses y un homenaje al realizador y guionista francés Alain Resnais, fallecido el pasado marzo, centran los ciclos.

Piezas básicas del cine español como "El verdugo", de Berlanga, y una perspectiva histórica sobre el cine de la Transición Española pondrán el acento propio al curso.

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