El Centro Cultural Niemeyer, en medio de la polémica desde su inauguración

  • El Centro Cultural Internacional Óscar Niemeyer, construido con el objetivo de situar a Avilés (Asturias) como un referente cultural internacional, ha vivido rodeado de polémicas, contiendas políticas y denuncias de irregularidades casi desde su inauguración oficial el 25 de marzo de 2011.

Madrid, 13 mar.- El Centro Cultural Internacional Óscar Niemeyer, construido con el objetivo de situar a Avilés (Asturias) como un referente cultural internacional, ha vivido rodeado de polémicas, contiendas políticas y denuncias de irregularidades casi desde su inauguración oficial el 25 de marzo de 2011.

Edificado junto a la ría de Avilés a partir de un proyecto que el arquitecto brasileño Oscar Niemeyer cedió al Principado de Asturias en 2006, la primera piedra del centro se colocó en abril de 2008 y, el 15 de diciembre de 2010, coincidiendo con el 103 cumpleaños de Niemeyer, se inauguró la primera fase.

El complejo, que supuso una inversión próxima a los 43 millones de euros, sufragados por el Principado de Asturias y el Estado, consta de cinco espacios: el Auditorio, la Cúpula, la Torre-Mirador, el Edificio Polivalente y la Plaza Abierta.

El Auditorio, el edificio más alto y el más complejo de formas, cuenta con 961 butacas. El gran escenario está integrado en el edificio pero a la vez abierto a la plaza, para actuaciones al aire libre y con un aforo para 10.000 personas.

La Cúpula es una semiesfera de hormigón que forma un espacio diáfano de 2.000 metros cuadrados para exposiciones, la Torre-Mirador está concebida como espacio gastronómico y el Edificio Polivalente se destina a proyecciones cinematográficas.

La construcción mantiene el estilo característico de su creador, con las líneas curvas y la paleta pictórica de Mondrian que han definido su obra.

El centro es la única obra de Niemeyer en España y pretendía reproducir en Avilés, una ciudad castigada por la reconversión siderúrgica, un cambio urbano y de modelo de desarrollo similar al generado en Bilbao por el Museo Guggenheim.

El cineasta, actor y músico Woody Allen fue el encargado de inaugurar oficialmente el centro, por el que han pasado figuras internacionales como los actores Kevin Spacey y Jessica Lange y que albergó la I Cumbre Iberoamericana de la Creatividad de la ONU.

La gestión del centro quedó en manos de la Fundación Centro Cultural Internacional Oscar Niemeyer y, desde 2006 hasta diciembre de 2011, su director fue Natalio Grueso.

En septiembre de 2011, el Gobierno asturiano, encabezado desde julio de ese año por Francisco Álvarez Cascos, anunció que una auditoría había detectado graves irregularidades económicas en la gestión de la Fundación Niemeyer.

En diciembre siguiente el centro cerró sus puertas al concluir la programación prevista por la Fundación, y el Gobierno del Principado asumió la gestión del Niemeyer, al que renombró como Centro Cultural Internacional Avilés.

Sin embargo, la victoria del PSOE en las elecciones autonómicas anticipadas que se celebraron el 25 de marzo de 2012 devolvió la administración del Niemeyer a la Fundación, con un nuevo patronato presidido por Ana González, consejera de Cultura del Principado.

El 20 de junio de 2012 el centro recuperó su nombre original.

La Fundación encargó una auditoría externa para analizar la gestión de Natalio Grueso, que detectó diversas irregularidades, entre ellas la ausencia de facturas que justificaran determinados gastos, que podrían suponer hasta 400.000 euros.

La Fundación interpuso entonces una denuncia contra Natalio Grueso, citado hoy a declarar como imputado por el Juzgado de Instrucción número 2 de Avilés.

El Parlamento asturiano constituyó el pasado 10 de diciembre una comisión de investigación para investigar la gestión de Grueso, presidida por el diputado del PP Alfonso Román López.

Un mes después la Fundación Óscar Niemeyer anunció un plan para saldar en diez años la deuda contraída por el Centro Cultural, que asciende a 3,4 millones de euros.

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