El director del FIS ambiciona captar más público con más música contemporánea

  • Hace casi dos años que tomó la batuta del Festival Internacional de Santander (FIS), y aunque ha empezado a marcarle su ritmo, a Jaime Martín le quedan aún muchas "espinas" por sacarse, entre otras, programar más música contemporánea y conseguir que el público "haga cola" y "se pegue" por las entradas.

Magdalena Vallejo

Santander, 3 ago.- Hace casi dos años que tomó la batuta del Festival Internacional de Santander (FIS), y aunque ha empezado a marcarle su ritmo, a Jaime Martín le quedan aún muchas "espinas" por sacarse, entre otras, programar más música contemporánea y conseguir que el público "haga cola" y "se pegue" por las entradas.

Para lograrlo, sabe que lo primero es ganarse la "confianza" de los espectadores, a los que quiere "invitar a descubrir cosas nuevas", tal como relata en una entrevista con Efe, en vísperas del inicio de la 63 edición del FIS.

La de este año es la segunda edición del festival conducida por Martín -director titular de la orquesta de Cadaqués-, pero la primera en la que toda la programación lleva la impronta del actual equipo.

El presupuesto todavía condiciona el programa, pero no impide que el FIS siga siendo, a su juicio, un "top class", que puede presumir de traer a Santander al director inglés John Eliot Gardiner y a Yannick Nézet-Séguin, "uno de los candidatos más firmes" a suceder a Simon Rattle al frente de la Filarmónica de Berlín.

Los dos llegarán al FIS después de pasar por el festival de Salzburgo, con el que el certamen cántabro no puede compararse en cantidad -les separa una diferencia considerable de presupuesto y duración-, pero sí, en opinión de Martín, "en calidad".

Pese a todo, el director del Festival de Santander no puede decir que esté "completamente satisfecho" con la programación, porque a su juicio, eso sería tanto como "tirar la toalla de la ambición".

Tampoco se queja, porque entiende que el "ajuste" que ha tenido que hacer el festival es "proporcional" al que ha hecho la sociedad, y considera que en una situación económica como la actual resultaría "obsceno" gastarse "una fortuna" en el certamen.

No obstante, no renuncia a que el festival crezca y a poder sacarse las "espinas" que aún le quedan para terminar de imprimirle su carácter.

Entre otras cosas, quiere programar más música contemporánea, que "no siempre es popular en la taquilla", pero considera "obligado" incluir. Y es que, a su juicio, los programadores tienen la "responsabilidad" de dar a conocer las nuevas propuestas.

Su voluntad es "abrir puertas" e "invitar al público a descubrir cosas nuevas". Pero lo hará, según dice, con "moderación".

También quiere que en próximas ediciones haya más ballet, que este año estará representado por la agrupación de Víctor Ullate y por el Ballet Nacional de España, que pese a las cancelaciones por el conflicto de las horas extra mantiene la actuación de Santander.

Además, seguirá habiendo espacio para intérpretes y compositores locales, pero no todo serán artistas cántabros, porque sino, el carácter internacional del festival "no tendría sentido".

La aportación cántabra en la edición de este año la ponen el barítono Manuel Lanza, la mezzosoprano Marina Pardo y la Joven Orquesta de Cantabria, esta última dirigida por el propio Martín en un concierto dedicado al 50 aniversario de la muerte del compositor cántabro Arturo Dúo Vital.

Otra de las aspiraciones del director del FIS es ganar público y ver "colas en cada concierto por miedo a que se acaben" las localidades.

Piensa que es cuestión de tiempo y, de hecho, su objetivo es que, "de aquí a dos o tres años", la confianza del público en la programación sea tal que los espectadores "se peguen por las entradas".

Por lo pronto, para la presente edición, considera que el ritmo de la taquilla es "saludable", sobre todo, teniendo en cuenta el contexto generalizado de descenso en la venta de entradas para espectáculos.

El FIS ha tratado de atajarlo con una bajada de precios, aunque eso supone "sacrificar" parte de los ingresos que sustentan su actividad, aunque advierte que "si queremos algo de calidad, lo tenemos que hacer entre todos y el público tiene que participar".

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