El escenógrafo Christof Loy debuta en el Liceo con "El rapto en el serrallo"

  • Barcelona.- El escenógrafo Christof Loy debutará el próximo día 12 en el Liceo con la ópera "El rapto en el serrallo", de Mozart, que, en palabras del director artístico del teatro, Joan Matabosch, aspira a ser "la producción definitiva de esta obra".

El escenógrafo Christof Loy debuta en el Liceo con "El rapto en el serrallo"
El escenógrafo Christof Loy debuta en el Liceo con "El rapto en el serrallo"

Barcelona.- El escenógrafo Christof Loy debutará el próximo día 12 en el Liceo con la ópera "El rapto en el serrallo", de Mozart, que, en palabras del director artístico del teatro, Joan Matabosch, aspira a ser "la producción definitiva de esta obra".

En el reparto principal de la obra figuran Diana Damrau, Olga Peretyatko, Christoph Strehl, Norbert Ernst, Franz Josef Selig y Christoph Quest.

Inscrita en el llamado género del 'singspiel', muy cercano a la opereta francesa, la obra de Mozart, que no se representaba en el Liceo desde hacía 26 años, supondrá además el debut en el coliseo de la Rambla del director de orquesta Ivor Bolton.

"El rapto del serrallo", ópera en tres actos con libreto de Johann Gottlieb Stephanie sobre un texto de Christoph Friedrich Bretzner, se estrenó en Viena en 1782 y agradó a un público que entonces sentía curiosidad y fascinación por el mundo de Turquía, donde transcurre la acción.

Christof Loy (Essen, 1962) lleva a cabo en "El rapto del serrallo" una de las funciones que, en el arte de la interpretación, se asigna al director de escena: dar forma dramática a la experiencia de la obra.

En esta coproducción del Teatro de la Monnaie de Bruselas y la Ópera de Fráncfort, Loy subraya que no hay una simple contraposición cultural, sino también moral entre los personajes europeos (Konstanze, Belmonte, Blonde y Pedrillo) y los musulmanes (Selim y Osmin).

A medida que avanza la representación, Christof Loy subraya, cada vez más, la gratitud y el afecto de Konstanze por su raptor y la tristeza de Selim por todo lo que pierde con la liberación de sus rehenes.

La simetría entre las parejas, que está presente en el argumento de la ópera, hace que este esquema se reproduzca también en la pareja de Osmin y Blonde, y que, finalmente, una mirada mucho más seria y profunda de lo habitual, y también mucho más nostálgica y lírica, inunde la escena.

El planteamiento dramatúrgico de Christof Loy es incompatible, en consecuencia, con una ópera vestida con las formas y los colores del rococó vienés y orientado a comunicar el humor un poco superficial de las caricaturas.

La gran diferencia de los montajes tradicionales de esta ópera de Mozart con el de Loy no es sólo el espacio-austero, con conexiones visuales con el secuestro contemporáneo, sino sobre todo el tratamiento de los diversos sentimientos de los personajes -amor o cólera- tratados con una intensidad y complejidad inhabitual en el 'singspiel'.

Loy ha señalado hoy en la presentación que su concepción de la obra no ha cambiado esencialmente desde que se estrenó en Bruselas y se representó en Fráncfort: "no ha cambiado radicalmente, sencillamente ha evolucionado, sobre todo en función de los cambios de reparto, teniendo en cuenta que la acción psicológica de los personajes gana importancia".

"Esta acción psicológica hace que el Oriente como simple color local no me interese, como tampoco una actualización con connotaciones políticas, por otra parte evidentes, sino que prefiero ver en este marco geográfico el indicio de una atmósfera de sensualidad, de confusión de los sentimientos, en el que la gente pierde sus puntos de referencia habituales", ha señalado.

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