El escritor noruego Karl Ove Knausgård supera la ficción con la realidad

  • El escritor noruego Karl Ove Knausgård se ha enfrentado a dos riesgos: el moral, porque utiliza personajes y nombres auténticos, y el de la calidad, porque escribe muy rápido para que no le dé tiempo a reflexionar sobre lo anterior.

Aurelio Martín

Segovia, 29 sep.- El escritor noruego Karl Ove Knausgård se ha enfrentado a dos riesgos: el moral, porque utiliza personajes y nombres auténticos, y el de la calidad, porque escribe muy rápido para que no le dé tiempo a reflexionar sobre lo anterior.

Durante uno de los eventos del Hay Festival, hoy, su traductora al español, Kirsti Baggethun, ha considerado "impresionante" el éxito de Knausgård, traducido a 18 lenguas, que ha llegado a vender 500.000 ejemplares de un libro en Noruega, país que apenas supera los 10 millones de habitantes.

Cuando acaba de presentar en España "La muerte del padre", primera novela de las seis que conforman la serie "Mi lucha", su autor quiere diferenciar entre autobiografía, lo que rechaza, de investigación de su identidad, a lo que se aproxima.

Eso sí, reconoce que él mismo se usa como materia prima a la hora de contar las historias, donde no hay ficción y trabaja con nombres y personas reales, para dar valor a la literatura, aunque le ha dado más de un disgusto y le hace arrastrar mala conciencia.

Knausgård, de 44 años, que debutó con "Fuera del mundo", en 1998, premio de los críticos de Noruega, justifica esta forma de escribir argumentando que cuando iba a contar la tristeza que le produjo la muerte de su padre no funcionaba utilizando ficción y pasó a escribir en primera persona, llegando a 1.100 páginas.

Pero pone nombres auténticos a un relato de un padre autoritario con los hijos, respetado en la sociedad, maestro, político local, que se hace alcohólico a los 40 años, abandona la familia y muere, lo que produjo Knausgard una gran tristeza cuyo origen desconocía por tratarse de una persona a la que tuvo mucho miedo.

Confiesa no tener problemas con la familia, que le amenazó con acudir a los tribunales, porque era su padre, pero sí reconoce cierto disgusto por escribir que una amiga de su mujer era muy gorda, mientras también habló del problema de bipolaridad de su esposa y de que tuvo episodios maníacos.

Tiene claro que el éxito le ha venido porque ha habido personas que han querido parar las ediciones, aunque ha insistido en que no recurre al sensacionalismo sino que habla de gente normal, hasta de la familia más cercana.

Después de subrayar que trata de ser muy honesto con lo que escribe, Knausgård habla de su lucha con la provocación para salir de la banalidad, de ahí que es consciente de que el título de su última serie guarde paralelismo con el de "Mi Lucha", de Hitler.

El escritor noruego ha relatado que no pude leer en público el libro del dictador, a quien considera responsable de una de las mayores degradaciones de la Humanidad, pero también ha visto que, acercándose a la persona, saltando la distancia, se pueden llegar a comprender algunos sentimientos.

Eso es lo que hace que encuentre similitud en cómo veía a su padre y cómo sintió su muerte, después, aunque termine todo siendo un infierno por poner al descubierto los secretos de una sociedad real.

Mostrar comentarios