El español Escribano y el venezolano Benítez, por la puerta grande en Tovar

  • El matador de toros español Manuel Escribano paseó hoy en la localidad venezolana de Tovar dos orejas simbólicas al indultar, tras insistente petición de público, a su segundo toro de nombre "Carmelo", con 445 kilos, de la divisa colombiana de Paispamba.

Santiago Morales

Tovar (Venezuela), 9 sep.- El matador de toros español Manuel Escribano paseó hoy en la localidad venezolana de Tovar dos orejas simbólicas al indultar, tras insistente petición de público, a su segundo toro de nombre "Carmelo", con 445 kilos, de la divisa colombiana de Paispamba.

El venezolano Leonardo Benítez cortó dos trofeos en su segundo astado y escuchó dos avisos en su primero.

El hispano Alfonso Oliva Soto, quien hacía su debut en ruedos venezolanos, realizó memorable faena a su primero, al que también pidieron le perdonaran la vida que la presidencia no concedió.

El rejoneador nacional Rafael Rodríguez también se fue de vacío en la primera corrida de feria de la Virgen de Regla celebrada hoy en la ciudad andina de Tovar.

Se jugaron siete toros: el primero de la ganadería de los Aranguez y los restantes colombianos de Paispamba, del ganadero español Enrique Álvarez, bien presentados y bravos que dieron buen juego todos, salvo el segundo.

La corrida duró tres horas y media y la plaza registró más de tres cuartos de entrada.

Rodríguez palmas y aplausos al sobresaliente.

Benítez de celeste y oro dos avisos en el primero y dos orejas en el segundo.

Escribano de verde y oro dos orejas simbólicas en el indulto.

Oliva Soto de champán y oro petición de oreja tras dos avisos y silencio.

Benítez con delantales sacó a los medios a su primero, cuando vio el caballo se arrancó y recibió dos largos puyazos que ovacionaron.

El caraqueño invitó a Escribano a banderillar y clavaron los garapullos con acierto.

Aseada faena por ambos pitones que llegó a la galería, mató de estocada y varios descabellos escuchando dos avisos.

Su segundo bravo fue con raza a los caballos y el coleta volvió a brillar con las banderillas. Valiente faena con ambos pitones, destacando las tandas con la diestra y bajando el tono al natural se perfiló en corto para tumbarlo de estocada dos orejas.

A Escribano, por equivocación en los chiqueros, le soltaron el toro de Benítez, un zambombo, al que banderilló arriba y lo toreó con la diestra aguantándole las broncas embestidas; lo mató con prontitud.

Al quinto lo saludó con larga cambiada de rodilla, cerca de las tablas lo lanceó con gusto y lo cambió con una vara.

Con los palos clavó el primer par; de poder a poder el segundo, saliendo del estribo cerrando con el del violín recibiendo atronadora ovación.

Inicio con una tanda de derechazos en los medios de rodilla a un toro de buenas hechuras que embistió con fijeza a la muleta del sevillano, que disfrutó toreando al compás de la música.

Continuó el reposado trasteo con pases de todas las marcas que volvieron a encender los tendidos. Se adornó con ceñidas manoletinas cuando el público pidió con insistencia el indulto que la presidencia concedió y paseó al grito de "torero, torero" los trofeos en triunfal vuelta al ruedo.

Con agitanados lances sujetó Oliva Soto al toro de su debut en Venezuela, compuesto trasteo citando de frente en largas series de naturales y derechazos.

El público pidió el indulto que palco no concedió, escuchó dos avisos y el toro fue premiado con la vuelta al ruedo.

El que cerró plaza, un toro con trapío, tumbó a los dos callos creando confusión en el ruedo y el espada lo despachó con apuros.

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