El genio de "Mr.Turner" pinta el Festival de Cine de Nueva York

Mateo Sancho Cardiel

Nueva York, 3 oct.- La paleta de reflexión y sociología que interesa al director británico Mike Leigh se mezcla con la que usaba el pintor J.M.W. Turner en su vida y su obra en "Mr. Turner", una de las perlas robadas del Festival de Cannes que engalanan el Festival de Cine de Nueva York y que fue presentada hoy.

Lejos del cine biográfico convencional, el director de "Secrets and Lies" y "Vera Drake" acerca a la clase baja el discurso artístico y convierte al predecesor del Impresionismo en epítome de su mundo carente de todo glamur, donde la belleza emerge del feísmo.

"Tenía todos los requisitos para ser un personaje del cine de Mike Leigh. Y con eso me refiero a que es complejo, vulnerable, fuerte y débil. Un ser humano como cualquiera de nosotros", relató el cineasta en el Lincoln Center.

Leigh tardó cuatro años en conseguir financiación y poner en marcha el ambicioso proyecto que le dio a su actor, Timothy Spall, el premio de interpretación en Cannes. Pero parece que el resultado, un sutil "cuadro" cinematográfico de dos horas y media de duración, ha merecido la pena.

Al igual que el pintor que decidió captar los elementos más difusos de la realidad, como el humo de un tren o el vaho de una tormenta, Leigh llegó a Nueva York dispuesto a enseñar ese ente intangible, el talento, que se cruza en la vida de un hombre primitivo, poco cerebral y que detesta el discurso de la elite intelectual.

Un hombre parco en palabras, cuyos diálogos se reducen prácticamente a gruñidos, llamado a cambiar la historia de la pintura y cerrar las bocas de los charlatanes.

"Él fue uno de los primeros en darse cuenta de que la llegada de la fotografía cambiaría la pintura para siempre. Pero no que la mataría, sino que la estimularía", explicó el realizador, rodeado de parte del elenco, entre ellos el citado Spall y Marion Bailey.

El también autor de cintas como "Happy-Go-Lucky" o "All or Nothing" utilizó como metáfora para su elección artística el cuadro de Turner "Aníbal cruzando los Alpes", en el que el elemento más reconocible de este pasaje histórico, el elefante, se pierde entre la muchedumbre.

"La mayoría de los pintores hubiesen llenado el lienzo de elefantes y él hizo una declaración de intenciones con este cuadro. Y eso es lo mismo que yo he intentado hacer", dijo Leigh.

Así, "Mr. Turner" busca la vida oculta del pintor, que decidió salirse de los círculos que por su profesión tenía que frecuentar para establecer una sencilla y tierna historia de amor con la regente de una pensión.

"Por supuesto que una fuente de inspiración para la película ha sido la obra de Turner, pero también lo ha sido el momento en que se ambienta, el cambio en Inglaterra de la era del rey Jorge a la época victoriana", dijo Leigh, o, en términos artísticos, el salto del Romanticismo al Impresionismo.

Y también analiza el tormento que le provoca un genio que es apreciado por la gente que él detesta (los críticos, encabezados por el legendario John Ruskin, y otros pintores como John Constable) y que es objeto de burla del pueblo al que respeta, con el que se identifica y al que quiere atraer a los museos.

Aunque Leigh opta por algunos planos pictóricos, especialmente en lo relativo a las escenas en el estudio del pintor y a los espectaculares atardeceres que obsesionaban a Turner, la película está lejos de ser una traslación literal de su corriente artística, como sí hicieron Peter Greenaway con Rembrandt en "La Ronde de Nuit" o Julie Taymor con "Frida".

"Mr. Turner", eso sí, entra en la categoría de películas "robadas" del Festival de Cannes por el certamen neoyorquino, junto con otras cintas como la estadounidense "Foxcatcher", de Bennet Miller, "Jauja", del argentino Lisandro Alonso, o "Pasolini", de Abel Ferrara.

Por otro lado, mañana el Festival de Cine de Nueva York tendrá uno de sus días estrella, con la presentación mundial de "Inherent Vice", la nueva cinta de Paul Thomas Anderson, el aclamado director de "Magnolia" o "There Will Be Blood".