El invitado sorpresa de los Goya fue de nuevo el fallo de la seguridad

  • Los organizadores de la XXVI edición de los Premios Goya habían anunciado que esta noche habría un invitado sorpresa y aunque ellos se referían a la actriz Silvia Abascal, que reapareció recuperada de su ictus cerebral, lo cierto es que la sorpresa la volvió a provocar el fallo de seguridad en la gala.

Madrid, 20 feb.- Los organizadores de la XXVI edición de los Premios Goya habían anunciado que esta noche habría un invitado sorpresa y aunque ellos se referían a la actriz Silvia Abascal, que reapareció recuperada de su ictus cerebral, lo cierto es que la sorpresa la volvió a provocar el fallo de seguridad en la gala.

Si el año pasado fue "el imbécil de la barretina" (gorro típico catalán), en expresión del presentador, Andreu Buenafuente, el que saltó al escenario del Teatro Real de Madrid interrumpiendo el discurso de la gala, este año fue un "muletilla" que se ha "tirado al ruedo" para reivindicar "el primer western" de Extremadura (suroeste del país).

Mientras Isabel Coixet, que recibía el premio por el documental "Escuchando al juez Garzón", dejaba al intruso que se explayara, las cámaras han mostrado un plano, por primera vez en toda la ceremonia, de la espalda de los ocupantes del estrado, momento en el que se ha apreciado la bandera pirata que el advenedizo había impreso en su traje.

Los miembros del equipo de seguridad de la gala, que en el recinto pedían sin tregua a los periodistas que mostraran las pulseras identificativas para permitirles al acceso a la sala de prensa, tardaron algunos minutos en reaccionar, aunque estuvieron muy rápidos en bloquear a otras tres personas, con caretas de "Anonymous", que pretendían desde el patio de butacas invadir de nuevo el escenario.

Pero los incidentes no han afectado al transcurso de la ceremonia en la que la película de Enrique Urbizu "No habrá paz para los malvados", que era candidata a 14 premios, se ha llevado seis estatuillas, incluidas las de mejor director y mejor película, un ejercicio de coherencia que no ha dejado de señalar la presentadora, Eva Hache.

Si se la dan a la película y no al director, ha argumentado, puede ser porque la ha hecho el equipo "mientras él se hartaba" de tomar cafés.

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