El irresistible ascenso de la música nórdica

  • Juan Carlos Gomi.

Juan Carlos Gomi.

Madrid, 24 oct.- Concluye esta semana en Madrid la tercera edición de Días Nórdicos, un festival multidisciplinar de la cultura de los países del frío. El trip hop del sueco Jay Jay Johanson clausura mañana un evento que confirma el poder musical del norte de Europa.

Según el organizador de las jornadas, Rubén Scaramuzzino, se ha multiplicado la presencia de público en esta cita anual en la que se ha podido disfrutar, entre otros, del nuevo pop sueco de Lilla Sällskapet, de los daneses Turboweekend y del mismísimo Teitur, un popular cantautor de las lejanas Islas Feroe sin disco publicado en España.

Con este éxito bajo el brazo, Rubén anuncia que -"si todo sale bien, cruzo los dedos"- Días Nórdicos también se celebrará en el segundo semestre de 2013 en cuatro capitales del cono sur americano: Buenos Aires, Montevideo, Santiago de Chile y Sao Paulo.

Noticias como esta confirman que no hay que remontarse a ABBA o a las albóndigas de IKEA, para darse cuenta de la potencia cultural de países tan remotos del sol como Suecia, Finlandia, Noruega, Dinamarca e Islandia.

Datos para corroborarlo sobran. Según la embajada sueca en Madrid, la industria musical del país tuvo un volumen de negocio de seis mil millones de coronas en 2010 y, mientras el sector en el resto del mundo agoniza, ese mismo año la facturación "sonora" aumentó un 10,2 %. No olvidemos, mortales hijos de Thor, que estamos hablando de la tierra de los creadores de Spotify.

Con los números y compases, además, no hay mucha mitología. El reino de Suecia, que, por cierto, ganó este año su quinto festival de Eurovisión con el tema "Euphoria", de la cantante Loreen, se ha convertido en uno de los mayores exportadores de música por detrás de EEUU y el Reino Unido.

En las listas de éxitos de los últimos treinta años siempre aparece un artista que canta en inglés pero de lengua de origen escandinavo. No es un concurso pero podemos mencionar a Roxette, Ace of Base, The Cardigans, Europe -sí, los del tiroriro-, Swedish House Mafia o The Hives, y eso sin tirar mucho de comodín del público.

En la escena independiente la oferta ya es inabarcable y muy influyente. Repasando la agenda de conciertos de toda España y sumando el cartel de Días Nórdicos, podemos hablar de una invasión vikinga.

Hace unos días, Madrid y Barcelona contemplaron a Royal Republic, una de las bandas punk rock de mayor proyección sobre el continente. Solo este fin de semana en Madrid, hay dos propuestas de cariz muy diferente: Bonafide - de la generosa cosecha metalera escandinava - y Amanda Mair, la novísima sensación del pop sueco.

Esta última artista de 19 años viene de la mano de Fikasound, una promotora madrileña, surgida de un viaje Erasmus a Suecia, que se dedica desde 2006 a traer joyas de la corona para disfrute de público hispano.

"Promovemos música independiente, sobre todo grupos pop -Club 8-, propuestas preciosistas como Jenny Hval o Monkey Cup Dress o, incluso, estilos post rock tipo Jeniferever o Audrey. Nuestras motivaciones: nos engancha su música", aclara Patricia de Fikasound, mientras recuerda que, ya en 2009, crearon un puente aéreo y consiguieron montar en Goteborg un Spanish Independent Festival.

Sobre el ascenso de la influencia del norte, Patricia destaca que en aquellos países "la música es casi un deporte nacional" y que, con las nuevas tecnologías "tenemos más fácil acceso" a bandas que ya estaban allí.

Para Scaramezzuno, que es también el alma de la revista Zona de Obras, el éxito musical está relacionado con la motivación de la creatividad desde muy pequeños. "Si un chaval dice que quiere ser músico, no se entiende que quiere ser vago", dice rotundo.

El organizador de los Días Nórdicos señala que la educación es fundamental y que algunos artistas que trae a España "han pasado por la música clásica, por la contemporánea y, al final, recaen en el rock con una formación completa".

Así pasa que, por ejemplo, Suecia es el país que tiene más coros per cápita del mundo o que Islandia - con tantos habitantes como la ciudad de Valladolid-, cuente con centenares de bandas y dos iconos musicales mundiales: Sigur Rós y Björk.

Ahora, que también está de moda la novela negra escandinava, quizá sea el momento de aplicar líneas de investigación policiales para averiguar la clave de esta invasión.

La dieta de patatas, salmón y arenques puede ser una pista pero, como siempre, hay que seguir el hilo del dinero para encontrar al culpable. Sin ir más lejos, los datos presupuestarios: la asignación sueca de Cultura para 2013 aumenta un 2,8 % con respecto al 2012. No rasquen el hielo, la música no surge del frío.

Mostrar comentarios