El Lebrijano, broche de oro a casi un mes de flamenco de la Bienal de Sevilla

Francisco Utrero

Sevilla, 2 oct.- "El cante se escribe con L", el título de uno de los discos más conocidos de Juan Peña "El Lebrijano", del que García Márquez escribió que "cuando canta se moja el agua", será el broche de oro, el espectáculo final, de casi un mes del mejor flamenco de la XVIII Bienal de Sevilla.

La gala de clausura, el domingo 5 de octubre, será uno de los momentos más esperados de la cita en el Teatro de la Maestranza, que ya ha colgado el cartel de no hay billetes, lo que garantiza la asistencia de unas 1.800 personas que componen el aforo.

"El cante se escribe con L" ofrecerá un recorrido por escogidas piezas de su rico repertorio clásico y creativo que durante más de cincuenta años lo ha mantenido en la primera línea del flamenco.

Visiblemente emocionado por el "reto" de la clausura y "algo incómodo" por las cámaras y los periodistas, Juan Peña irradiaba hoy felicidad y responsabilidad hasta reconocer que la gala es un compromiso que "moralmente" le da "miedo", porque en la Bienal han estado los mejores.

"Un artista sin miedo es un artista inconsciente, pero el miedo es vencible y lo dejaré entre bastidores", ha confesado sonriente.

El Lebrijano hará en la gala un recorrido por su carrera, con numerosos artistas invitados sobre el escenario como Juan José Amador, Diego Carrasco, Inés Bacán, José Valencia o Tomás de Perrate, mientras al piano le acompañará su sobrino Dorantes; al baile El Carpeta y Carmen Ledesma, y a las guitarras Pedro María Peña, Antonio Carrión, Ramón Amador y Ramón Amador hijo

Con 73 años y 42 discos cargados de matices, sostiene que está como un "niño chico" y otra vez ante "un reto" en el que intentará cantar por soleares y seguidillas.

Contrariado con las nuevas fórmulas de la economía y la industria discográfica, el cantaor ha explicado con cierta pesadumbre que tiene un disco con el que lleva 25 años: "No puedo grabarlo porque no hay una compañía que lo quiera. Pero ya lo grabaré", ha señalado.

Considerado como uno de los más importantes renovadores del flamenco, Juan Peña Fernández, El Lebrijano (Lebrija -Sevilla- 1941), es miembro de la familia gitana y cantaora de Perrate de Utrera, a la que pertenecía su madre, María la Perrata.

A los 17 años viajó a Madrid para hacer carrera, donde "tropezó" con figuras como la Niña de los Peines, Antonio Mairena, su amigo y maestro, o Juan Talega.

El Lebrijano está considerado como el mayor heredero moderno de la tradición gitano-andaluza, y ha dejado su legado arábigo-andalusí en su obra, ha detallado su "amigo" el alcalde de Sevilla, Juan Ignacio Zoido.

"Siempre atrajo la atención de los aficionados y estudiosos que intuían en él a un cantaor fuera de lo común, lo que ha venido a demostrar con el tiempo. Es uno de los mejores cantaores de este tiempo", ha apostillado.

Entre sus innumerables galardones, cuenta con la Medalla de Andalucía, la Medalla al Mérito del Trabajo y, en abril de 2010, fue galardonado en la Categoría de Música durante lo Premios de Cultura Gitana, un palmarés y una trayectoria que hizo tener muy claro a todos los organizadores de la Bienal que debía ser homenajeado.

"Los reconocimientos hay que hacerlos en vida, más para personas que han supuesto una auténtica referencia, un antes y un después en el cante flamenco. Entendió que es necesario aportar al flamenco un abanico musical más amplio para seguir extendiendo los horizontes de este arte único en el mundo", ha detallado Zoido.

Cuando la XVIII Bienal de Flamenco de Sevilla baje el domingo el telón se pondrá el punto final a la "mejor" edición hasta que en el 2016 la ciudad vuelva a engalanarse para acoger a las mejores figuras del cante y entre ellos el alcalde espera contar de nuevo con El Lebrijano.