El Lebrijano recuerda a García Márquez y exalta la fusión árabe y flamenca

Sevilla.- Juan Peña "El Lebrijano" ha recordado hoy al escritor Gabriel García Márquez con letras adaptadas de sus textos y ha exaltado la fusión que creó hace casi veinte años entre la música árabe y flamenca durante su actuación en la segunda jornada de la XVI Bienal de Flamenco.

En la hora y media que estuvo en el escenario del Teatro Lope de Vega de Sevilla, el cantaor, de 69 años, ha interpretado canciones incluidas en su último disco, "Cuando el Lebrijano canta se moja el agua", frase que le dedicó el premio Nobel colombiano.

En la primera parte del espectáculo ha cantado temas de su último disco, con adaptaciones de textos de las obras de García Márquez 'El coronel no tiene quien le escriba', 'Cien años de soledad' y el libro de cuentos 'La increíble y triste historia de la cándida Eréndira y su abuela desalmada', realizadas por Casto Márquez con la aprobación de 'Gabo'.

En la segunda parte de la actuación, "El Lebrijano" ha hecho un recorrido por la historia de sus composiciones desde 1983, cuando editó "Encuentros" con la Orquesta de Tánger.

Acompañado del violinista Faiçal Kourrich, de los músicos árabes Redouane Kourrich y Josef Boud y de la guitarra de su sobrino Pedro Peña, "El Lebrijano" ha levantado varias veces de sus asientos al público que llenaba las más de setecientas butacas del teatro.

Especialmente emotiva ha sido la ovación que le dedicaron cuando concluyó "Lágrimas de cera", que compuso cuando "la guerra de Bosnia, pero que sirve para (Nicolas) Sarkozy, que en gloria esté", ha dicho en referencia a la expulsión de gitanos de Francia auspiciada por su presidente.

"Una vez más por los campos de batalla, y otra más por los ojos de los niños que nadie entiende por qué lloran", ha cantado el artista gitano de Lebrija (Sevilla) antes de ser largamente aplaudido.

Durante los temas que fusionan música flamenca y árabe, iniciativa de la que se considera pionero y que le acarreó hace casi dos décadas fuertes críticas, ha interpretado temas recogidos en su disco "Casablanca", título de su espectáculo.

Esa mezcla de sonidos y de letras en árabe y español se ha expandido por el "templo", como ha calificado al Teatro Lope de Vega de Sevilla, donde ha agradecido "emocionado" a los directivos de la Bienal que le dejaran actuar y de donde se despidió con pases de baile al son de las palmas de ritmo flamenco que le tocaron desde el público.

Sin poder disimular el resfriado que arrastra por los aires acondicionados, y que según dijeron a Efe fuentes de la organización le ha obligado a recibir una dosis inyectable de antiinflamatorios antes de actuar, "El Lebrijano" siguió el ritmo permanentemente con el cuerpo y las manos y se comportó como un director de orquesta con las ocho personas que le acompañaron en el escenario.

Con chaqueta y pantalón crema y camisa blanca, ha situado a su izquierda a su sobrino con la guitarra, al violinista marroquí y a su compatriota Josef Boud con el instrumento denominado "D'arbuka", y a su derecha a tres palmeros y coristas, al percusionista Agustín Henke y con el teclado y la voz Redouane Kourrich.

"Música en estado puro", ha exclamado en varias ocasiones "El Lebrijano" durante la actuación, durante la cual un hombre desde un palco le ha espetado: "¡Juan, eres el más grande!".

Numerosos asistentes del público, al que la megafonía se ha dirigido en español, inglés y japonés para que no hiciesen fotos y apagasen los móvil, han firmado en el expositor instalado por la Junta de Andalucía para conseguir que la UNESCO declare al flamenco Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, lo que se decide este año y ya se intentó hace cinco.