El MACBA dedica por primera vez en España una gran exposición a Gil J. Wolman

  • Barcelona.- Unas 250 obras y documentos, algunos de ellos inéditos, de Gil J. Wolman, uno de los artistas más enigmáticos, libres y discretos del siglo XX, pueden contemplarse a partir de hoy en el MACBA, en la primera gran retrospectiva que se le dedica en España al francés, nacido en 1929 y fallecido en 1995.

El MACBA dedica por primera vez en España una gran exposición a Gil J. Wolman
El MACBA dedica por primera vez en España una gran exposición a Gil J. Wolman

Barcelona.- Unas 250 obras y documentos, algunos de ellos inéditos, de Gil J. Wolman, uno de los artistas más enigmáticos, libres y discretos del siglo XX, pueden contemplarse a partir de hoy en el MACBA, en la primera gran retrospectiva que se le dedica en España al francés, nacido en 1929 y fallecido en 1995.

Uno de los comisarios de la exposición y director del MACBA, Bartomeu Marí, ha explicado en rueda de prensa que se trata de dar relevancia a un creador que desde principios de los años cincuenta "potenció el uso del sonido y de la voz propia como material esencial para el arte" y que puso en cuestión "el dominio de la imagen".

Considerado un actor esencial en la transformación de las artes en la segunda mitad del siglo XX, Wolman fue el inventor de la "megapneumia", unos poemas del aliento y el sonido puro que eructaba en recitales míticos de París, como rememoraba hoy su viuda, Charlotte, quien los ha relacionado con las letras de los actuales cantantes de "rap" o con los poetas de la calle.

Una de las primeras obras que se pueden ver en la muestra es su "escultura sonora", como la ha denominada Marí, titulada "L'Anticoncept", una película del año 1951, de una hora de duración, en la que la imagen ha desaparecido y sólo queda un rayo de luz, proyectado en un globo de helio a modo de pantalla.

De fondo, se va escuchando una banda sonora, con poesías, breves reflexiones y textos sincopados, falsamente cantados.

La filmación fue prohibida por la censura francesa al entender que era "un objeto nocivo para la salud" y en el Festival de Cannes de 1951 sólo se permitió la entrada a la prensa.

El segundo comisario de la exposición, Frédéric Acquaviva, ha recordado que en el año 1990 se volvió a proyectar en Nueva York y Wolman quiso filmar al público mientras se exhibía.

La nueva película, que también se puede ver en el MACBA, enseña "al público como va dejando la sala, porque no aguanta una película sólo de sonido", según apunta Acquaviva.

En otra de las salas del museo barcelonés hay una extensa producción de las obras de Wolman enmarcadas en el denominado movimiento artístico e intelectual del "letrismo", al que se adhirió cuando era muy joven, con apenas veinte años.

Las letras, como símbolos y sonidos no interpretados, son los protagonistas de las piezas de esta etapa, de principios de los cincuenta.

Posteriormente, en 1952 participó en la creación de la "Internacional Letrista", junto con Guy Debord, postulando la "revolución letrista" en ámbitos como la política o la vida social.

Pocos años después, y por motivos todavía hoy no explicados, Debord expulsó a Wolman del movimiento.

El recorrido de la retrospectiva se detiene, asimismo, en las numerosas composiciones que Wolman realizó del denominado "art scotch", consistente en arrancar tiras de papel impreso y adherirlas con pegamento sobre madera o tela.

En cada una de sus exposiciones, según ha destacado Charlotte Wolman, su compañero explicaba el proceso de creación de las piezas y conceptos como el de la separación en sus trabajos.

Sin embargo, Charlotte ha reconocido que "después de cada exposición Gil estaba bastante deprimido, porque no se veía claramente lo que él quería expresar con su obra".

La exposición, "Gil J. Wolman, inmortal y vivo", que después de enero de 2011 podrá verse en la Fundaçao de Serrlaves-Museo de Arte Contemporáneo de Porto (Portugal), acaba con los trabajos relacionados con el movimiento "separatista", que creó en 1977 y del que sólo él formaba parte, buscando la sencillez, y presentando objetos partidos en dos como "L'arbre separé".

Asimismo, se da a conocer que a partir de los años ochenta y hasta su muerte volvió a escribir como en su juventud, publicando una veintena de libros, a la vez que rodó una decena de vídeos como "Le Drame discret de Mitterrand".

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