El mejor guía para conocer la ciudad que nunca duerme

"Capítulo primero: él adoraba Nueva York. La idolatraba de un modo desproporcionado". Así es como comienza "Manhattan", quizás la película que mejor representa el profundo amor que Woody Allen siente hacia la ciudad en la que nació hace algo más de 75 años. La mayor parte de su obra cinematográfica tiene como escenario esas calles, y él es uno de los responsables de que Nueva York parezca una ciudad familiar a millones de personas que sólo la han visto en películas.

Y gracias a "El Nueva York de Woody Allen" es posible hacer un recorrido por la ciudad desde el punto de vista del cinéfilo que la ha conocido a través del director de Brooklyn. María Adell y Pau Llavador han recopilado 75 lugares emblemáticos que en ocasiones han actuado como auténticos personajes secundarios en determinadas secuencias de sus películas, en un resumen lleno de imágenes y completas referencias.

Por ejemplo, el lector puede encontrar el Planetario Hayden en el que Isaac y Mary se refugian de la lluvia y encuentran el deseo ("Manhattan", 1979); la Ópera Metropolitana de la que Larry sale diciendo que no puede escuchar a Wagner sin que le apetezca invadir Polonia ("Misterioso asesinato en Manhattan", 1993); o Riverside Park, donde el productor encarnado por Alan Alda pronuncia la conocida frase "la comedia es igual a tragedia más tiempo" ("Delitos y faltas", 1979).