El MNAC exhibe la obra pictorialista de Ortiz Echagüe en el Norte de África

Barcelona, 14 mar.- La serie de fotografías tomadas en el Norte de África entre los años 1909 y 1915, y después en 1965, por el ingeniero militar y fotógrafo José Ortiz Echagüe, uno de los más reconocidos pictoralistas del siglo XX, recalan a partir de mañana en el MNAC, donde también se exhibirán varias obras inéditas suyas.

Un total de 78 imágenes, pertenecientes a la colección del nuevo Museo Universidad de Navarra y al Archivo General Militar de Madrid, así como libros y documentos personales de Ortiz Echagüe, podrán verse hasta el día 21 de julio en el museo barcelonés.

A partir del próximo mes las fotografías dialogarán con la exposición organizada en torno a una de las obras claves de la colección del MNAC, "La batalla de Tetúan", del pintor Marià Fortuny, según ha subrayado hoy el director del centro, Pepe Serra.

El comisario Javier Ortiz-Echagüe, historiador y nieto del artista, que fue además fundador de Construcciones Aeronáuticas SA (CASA) y presidente de Seat durante una época, ha explicado en rueda de prensa que el público podrá conocer la primera obra de su abuelo, así como sus últimas instantáneas como fotógrafo.

Javier Ortiz-Echagüe ha comentado que la primera parte de la muestra es totalmente inédita, fruto de un exhaustivo trabajo de investigación, que ha permitido recuperar algunas de las imágenes que tomó como fotógrafo dedicado a la documentación militar, con piezas con el dirigible España de protagonista.

Sin embargo, la parte más importante de la exposición es la dedicada a sus trabajos africanos, donde "se generó su proyecto fotográfico futuro" y donde, entre 1909 y 1915, llevó "una doble vida", puesto que actuaba como fotógrafo militar, con imágenes para el ejército español, y también como fotógrafo aficionado que captaba desde un ciego con lazarillo a un imberbe vendedor de babuchas.

De su mirada tampoco escapan las tapadas mujeres rifeñas, los curvados ancianos de la zona o los niños y niñas descalzas de las montañas.

Al mismo tiempo, se dedicaba a tomar imágenes aéreas destinadas a la realización de mapas cartográficos y a la localización de las posiciones enemigas.

Los dos tipos de fotografía, la militar y la social, ponen de manifiesto que, a la vez que documentaba unas tradiciones condenadas a desaparecer, Ortiz Echagüe formaba parte de esa presencia europea que alteraba la realidad que él mismo mostraba.

Tercer piloto de aviación con título en España, Ortiz Echagüe muestra a lo largo del recorrido expositivo que fue un hombre al que le gustó experimentar con técnicas pigmentarias, fundamentalmente con el carbón directo, y que siempre cuidó sus composiciones.

En la parte final de la exposición, se exhiben sus últimas fotografías tomadas en el Norte de África, en los años sesenta, con muchos más paisajes y arquitecturas que en su primera etapa, con imágenes con "un cierto aire surrealista y onírico".

Sin embargo, a pesar de ser muy diferentes a las de su primera estancia en el Rif, técnicamente siguió apostando por carbones de gran formato.

De entre las imágenes seleccionadas, destaca "Siroco en el Sahara", que tuvo una gran difusión en su época, llegando incluso a publicarse en la portada del diario soviético Pravda del día 12 de julio de 1966.

El comisario ha recalcado que en esta exposición, "pequeña, pero densa en argumentos", el público podrá darse cuenta de que la carrera fotográfica de su abuelo comenzó y acabó mirando el Norte de África, "núcleo de su obra madura".

Además, ha mostrado su satisfacción por la edición del libro "Norte de África. Ortiz Echagüe", que puede considerarse como un deseo que el artista nunca cumplió en vida, puesto que le hubiera gustado poder recuperar en un volumen su obra sobre la época inicial africana.