El nuevo Spiderman se convierte en un clon

  • El actor Andrew Garfield, el nuevo trepamuros en la saga fílmica, protagoniza ahora, junto a Keira Knightley y Carey Mulligan, la película “Nunca me abandones”, una atípica historia de ciencia-ficción.
Julio Vallejo | aviondepapel.tv

“Nunca me abandones” nos muestra la mejor y la peor cara del género humano. La sociedad que describe el filme de Mark Romanek es un mundo tremendamente egoísta, capaz de sacrificar copias en carne y hueso de personas para asegurar que los hombres y mujeres concebidos de manera natural puedan vivir más tiempo.

Curiosamente, las lecciones de humanidad las dan Tommy (Andrew Garfield), Ruth (Keira Knightley) y Kathy (Carey Mulligan), tres de esas réplicas criadas para ser suministradores de piezas de recambio.

El trío vivirá una peculiar historia de amor y amistad que nacerá en Hailsam, un internado elitista para clones.

Poco a poco, los chicos se irán dando cuenta de su oscuro destino: morir jóvenes para poder suministrar órganos en buen estado a los que nacieron como humanos.

Vivir por amor

En su primera juventud, cuando consigan su primer momento de relativa libertad durante su estancia en unas peculiares comunas, los tres amigos atisbarán una pequeña luz en su triste porvenir.

Según un rumor muy extendido entre los clones, los alumnos de Hailsam que estén enamorados pueden pedir una moratoria para vivir unos años juntos antes de empezar el proceso de donaciones.

Esa pequeña llama de esperanza no declinará ni cuando Tommy y Ruth se debiliten a causa de las extracciones, y Kathy tenga que cuidarlos. Sin embargo, pese a sus intentos de arañar unos años más en este mundo, ninguno de ellos podrá escapar a su terrible destino.

Narrada por el personaje de Kathy, que rememora la particular relación de amor, traición y celos entre los tres amigos, “Nunca me abandones” se ve con lágrimas en los ojos, al igual que se leía la maravillosa novela homónima de Kazuo Ishiguro.

No obstante, su realizador, Mark Romanek, nunca abusa del desmelene melodramático para conseguir la emoción. El realizador prefiere utilizar un tono melancólico y contenido que va calando lentamente en el espectador.

Fascinación por el original

El cineasta norteamericano reincide en un tema recurrente en su carrera, que son las obsesiones de personajes marginados. En su anterior filme, precisamente titulado “Retrato de una obsesión”, seguíamos los pasos de un inadaptado fascinado por una familia.

Mientras que ahora, en “Nunca me abandones”, somos testigos del empeño de tres copias, considerados verdaderos parias, por averiguar quién es su original.

Melodrama con elementos de ciencia-ficción, la nueva cinta de Romanek nos hace reflexionar sobre la naturaleza humana y el margen de maniobra que tenemos para decidir nuestro propio futuro.

Lo hace sin solemnidad y con un estupendo trío de jóvenes estrellas del calibre de Carey Mulligan, Keira Knightley o Andrew Garfield, actor al que veremos pronto en el nuevo Spiderman, pero, antes, convertido en un clon.

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