El poeta Antonio Colinas lleva a México más de cuarenta años de poesía vivida

  • El poeta español Antonio Colinas eligió la Feria del Libro de Guadalajara para presentar en México su "Obra poética completa", que contiene "cuarenta años de poesía vivida, de vida ensoñada", que reflejan su capacidad para fundir tradiciones literarias y filosóficas.

Ana Mendoza

Guadalajara (México), 28 nov.- El poeta español Antonio Colinas eligió la Feria del Libro de Guadalajara para presentar en México su "Obra poética completa", que contiene "cuarenta años de poesía vivida, de vida ensoñada", que reflejan su capacidad para fundir tradiciones literarias y filosóficas.

Colinas, uno de los poetas españoles más premiados, fue presentado hoy por José Emilio Pacheco, nombre esencial de la poesía mexicana, que se considera "amigo íntimo" del escritor español, aunque en realidad ha coincidido pocas veces con él.

"Pero la lectura de la poesía es la comunicación más íntima que puede haber entre dos personas", y en ese sentido cree que ha tenido "un diálogo muy largo" con Colinas, "poeta único y original, y uno de los grandes de la lengua española", dijo Pacheco, Premio Cervantes y Premio Octavio Paz de Poesía y Ensayo.

La "Obra poética completa (1967-2010)" de Antonio Colinas se publica en México gracias a la colaboración entre el Fondo de Cultura Económica, el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes y Ediciones Siruela.

Es un amplio volumen, de 670 páginas, que permiten adentrarse en la poesía de este escritor que ha sabido mantener en sus diferentes libros un diálogo fructífero entre sus raíces originarias de los territorios leoneses (al noroeste de España) en los que se crió y el mundo mediterráneo, sin olvidarse de otras culturas, como las de Extremo Oriente.

Como contó ante el público que llenaba una de las salas de la Feria del Libro, Colinas comenzó su actividad poética "en una confluencia muy difícil", en los años sesenta, cuando en España todavía triunfaba "la poesía social y testimonial", que se mezclaba con una poesía de corte neoclásico, prolongación de la de la posguerra, y con la de "los novísimos", que surgió por esos años.

Su poesía, "muy unida a la experiencia de ser", siempre ha transitado por "una independencia" de la que no se arrepiente este escritor que ha merecido premios como el de la Crítica, el de Castilla y León de las Letras y el Internacional Carlo Betocchi por su labor de puente cultural entre Italia y España.

"Junto al lago" y "Poemas de la tierra y de la sangre" abren en 1967 la primera etapa de la poesía de Colinas, "dominada por el lirismo, la emoción, la intensidad y la pureza formal", y en la que pesa mucho la cultura "entendida como sinónimo de vida".

Esa primera etapa se cerraría con "Sepulcro en Tarquinia", en opinión de muchos lectores, el mejor poemario de Colinas, aunque el escritor prefiere "Noche más allá de la noche", perteneciente a la segunda etapa, "más meditativa", y que iría desde "Astrolabio" (1979) hasta "Jardín de Orfeo"·

Esa segunda etapa está muy vinculada a la larga estancia de Colinas en la isla de Ibiza (perteneciente al archipiélago de las Baleares), donde también publicó libros sobre la biografía de Giacomo Leopardi y sobre Alberti y la Guerra Civil.

"Los silencios de fuego" (1992) marca el comienzo de la tercera etapa, en la que el escritor alumbró versos "más humanistas" y en los que aparecen "los temas de nuestro tiempo, como el amor, la naturaleza, la muerte, el más allá y lo sagrado".

Colinas leyó poemas de sus diferentes épocas, entre ellos el de "Fe de vida", cuajado de símbolos del Mediterráneo: "Esperar junto a este mar (en el que nacieron las ideas)/ sin ninguna idea. (Y así tenerlas todas.)/ Ser sólo la brisa en la copa del pino grande/, el aroma del azahar, la noche de las orquídeas/ en las calas olvidadas", dicen sus primeros versos.

Colinas reside actualmente en Salamanca (oeste de España), pero antes vivió en Italia, en Córdoba (sur de España) y en la isla de Ibiza, a la que fue a pasar un año y se quedó veintiuno.

En su poesía "está la vida, pero no es poesía de la experiencia". "La palabra poética tiene que ser nueva, tiene que metamorfosearse", y no ser una mera "fotografía de la realidad". La poesía "debe tener un voltaje y debe emocionar", sostiene.

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