El Pompidou hace balance de la obra de Gerhard Richter, la más cara del mundo

  • La planta noble del Centro Pompidou, la sexta, se rinde a partir de hoy al pintor alemán más famoso, Gerhard Richter (Dresde, 1932) que es también el artista vivo más caro del mercado, según los organizadores, que le ofrecen una retrospectiva donde descubrir sus múltiples visiones estilísticas.

París, 5 jun.- La planta noble del Centro Pompidou, la sexta, se rinde a partir de hoy al pintor alemán más famoso, Gerhard Richter (Dresde, 1932) que es también el artista vivo más caro del mercado, según los organizadores, que le ofrecen una retrospectiva donde descubrir sus múltiples visiones estilísticas.

La exposición, organizada en colaboración con la Tate Modern de Londres y la Nationalgalerie de Berlín, reúne 149 obras para rendir homenaje en París a un artista que la comisaria de la muestra, Camille Morineau, define como "uno de los grandes pintores vivos hoy".

Razón por la que se consideró "llegado el momento de hacer balance" sobre el trabajo de este heredero del romanticismo alemán, entre otras múltiples corrientes y tradiciones, desde que en la década de los años sesenta del siglo XX comenzase su carrera hacia el éxito.

La versatilidad es una de las principales características de la obra de Richter.

Artista que siempre pasó con suma agilidad por diferentes técnicas y soportes, de la abstracción a la figuración, y quien pese a abordar en ocasiones temas tan delicados como un bombardeo aéreo o la muerte en prisión de los miembros de la banda terrorista alemana Baader-Meinhof lo hizo desde la distancia, explica a Efe la comisaria.

De vez en cuando, añade, "representa eventos que son históricos para él, pero es muy, muy apolítico (...). Es un artista que toda su vida quiso no ser, justamente, ideológico", apunta.

Así, sus cuadros de infinitos tonos grises, blancos y negros de la serie "Oktober 18.1977", sobre la Baader-Meinhof, a los que se dedica una sala, no tienen nada de homenaje ni de crítica, precisa la comisaria.

"Son la representación de un evento que él pinta diez años después, con bastante distancia, justamente sin tomar partido", resalta.

La ambición de fondo del también gran paisajista y retratista de imágenes a menudo exquisitamente borrosas, cuya serie de nubes -procedentes aquí de Canadá- está prohibidísimo fotografiar, es otra.

"Yo no obedezco a ninguna intención, a ningún sistema, a ninguna tendencia: no tengo ni programa, ni estilo, ni pretensión. Amo la incertidumbre, lo infinito y la inseguridad permanente", explica en uno de los muros de la exposición.

La retrospectiva, abierta hasta el próximo 24 de septiembre, permitirá ver en París, donde quizás Richter no es tan conocido como en Alemania o EE.UU., su gran "diversidad estilística", destaca la comisaria.

No en balde "es uno de los raros artistas que trabajan modos pictóricos muy diferentes", como cuadros realizados a partir de fotografías o a partir de vidrio, o esculturas sobre vidrio, obras sobre papel y fotos repintadas, resume Morineau.

La exposición fue organizada en estrecha colaboración con el artista, que dejó París ayer, en vísperas de su inauguración y antes de que mañana el público descubra su arte.

De su notoriedad en el mundo, de cuyas grandes colecciones públicas y privadas provienen muchas de las obras expuestas en París, la comisaria subraya que Richter es en Alemania "el gran pintor vivo", pero también es muy importante en Estados Unidos "porque es hoy el artista vivo más caro en el mercado".

Sin querer entrar en detalles de precios, Morineau precisa que se trata de "decenas de millones de dólares en las últimas ventas recientes", tanto en obras abstractas como en figurativas.

España tiene "muy bellas obras" suyas, en particular en el Reina Sofía, aunque no están en esta retrospectiva, señala.

A partir del 7 de junio, Gerhard Richter completará su retrospectiva en el Pompidou con una muestra de dibujos y acuarelas, de 1957 hasta 2008, organizada en el Museo del Louvre.

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