El terror se apodera del Festival de Málaga: Llegó a Zonacine "La cueva"

  • El Festival de Cine de Málaga ha pasado hoy un mal rato gracias a "La cueva", un filme claustrofóbico, extremo, desolador y delicioso para los amantes del género, cuyos derechos ha comprado una productora americana; eso sí, según ha explicado hoy el productor Juan Gordon, ellos la harán en plató.

Málaga, 23 mar.- El Festival de Cine de Málaga ha pasado hoy un mal rato gracias a "La cueva", un filme claustrofóbico, extremo, desolador y delicioso para los amantes del género, cuyos derechos ha comprado una productora americana; eso sí, según ha explicado hoy el productor Juan Gordon, ellos la harán en plató.

"La cueva", dirigida por Alfredo Montero, e interpretada por Marta Castellote, Eva García Vacas, Xoel Fernández, Marcos Ortíz y Jorge Páez, es una película con algunas particularidades irrepetibles, como que no hubo dobles -las heridas son auténticas- y que el escenario fue siempre la cueva de San Valero (Formentera).

"El rodaje fue mas peligroso de lo que podemos admitir", ha reconocido entre bromas el director en una rueda de prensa que siguió a la proyección de la cinta en el cine Albéniz de la capital malagueña, lleno a rebosar, y que premió la cinta con un largo aplauso.

Gordon, que descubrió una primera versión de "La cueva" en el Festival de Sitges, donde Montero presentó "lo que pudo" hacer con su idea original, vio que tanto la temática como el cuerpo de la película "encajaba bien en los límites a los que la juventud quiere, o le gusta, someterse".

Así que Morena Films cambió aquella cinta "familiar y pequeña" con nuevos minutos, "más ritmo, más tensión y más trama en los personajes" y se comprimió aquella para extraer solo la esencia, muy en la línea de "REC" o"El proyecto de la bruja de Blair".

Pero con una diferencia, apunta el director: "Yo me quería alejar de los procesos fantásticos, sin zombies ni espectros, me interesaba la parte más real y humana de la historia".

El resultado es que la típica excursión de jóvenes amantes de la naturaleza se convierte en un infierno por el motivo más lógico: se adentran en una cueva que no conocen, y se pierden.

A partir de ahí llegan el hambre, la sed, el miedo y el proceso de supervivencia que uno de ellos decide grabar con una pequeña cámara "para que quede reflejado y todo el mundo entienda por qué hemos hecho lo que hemos hecho", repite este personaje.

El director dice que la visión nocturna y el punto de vista subjetivo le sirve para justificar que "comerse a alguien no es más que una necesidad, pero sobre todo, el proceso en la cinta sirve para que el personaje no se vuelva loco, necesita verlo con distancia, a través de la cámara".

Los actores, ha explicado Castellote, estaban advertidos de que la claustrofobia les excluía del proyecto, "y aún sabiéndolo fue muy bestia, la cueva es más estrecha de lo que parece, cuesta respirar, en ninguna parte se podía estar de pie", a lo que Xoel Fernández ha apuntado que lo hicieron por "confianza absoluta en Alfredo".

Marcos Ortíz fue más contundente: "Yo no me meto en una cueva nunca más".

La película, que compite en la sección Zonacine del Festival, se estrenará en España el mes de julio, después del Mundial de Fútbol.

Montero indicó que hubo un debate para rodar la última secuencia, que al final se cuadró con las preferencias del público consultado, aunque reconoció que en la primera versión era otro. Eso sí, mucho más demoledor.

Mostrar comentarios