Hasta el 31 de mayo, el Museo del Traje de Madrid acoge la exposición itinerante 'El Tiempo Amarillo', organizada por el Ministerio de Cultura junto a Yell Publicidad, editora de Páginas Amarillas, con motivo de su 40 aniversario.
La muestra – comisariada por Publio López Mondéjar – consta de más de setenta instantáneas en blanco y negro y en color que retraen la evolución social y empresarial española a lo largo de las últimas décadas.
Barberos, carruajeros, dactilógrafas, modistas, sastres, cocineros, albañiles, instructores de pilates y desarrolladores de 3D. Desde las más antiguas y entrañables hasta las más recientes, las profesiones se convierten inesperadamente en protagonistas y se ofrecen al objetivo de grandes maestros de la fotografías como Francesc Catalá-Roca, Xavier Miserachs, Ouka Leele, Luis Escobar, Isabel Muñoz, Alfredo Schommer, Outumuro, Alberto García-Alix y Fernando Manso, entre otros.
El recorrido fotográfico se estructura en base a dos criterios: un criterio cronológico que permite apreciar la evolución de las profesiones en el tiempo, su desaparición o simplemente su reinvención y un criterio alfabético que recuerda no sin un poco de autoironía las mismísimas Páginas Amarillas. Como si fuéramos a buscar en ellas no sólo la profesión y el oficio que nos venga al caso, sino un trozo de su historia.
La exposición – que llega a Madrid tras su paso por Barcelona y que seguirá su camino hacia otras ciudades españolas después del 31 de mayo – también incluye seis documentos audiovisuales elaborados por el cineasta José Luis López Linares que es posible visionar a través de un IPad. Se trata de seis relatos de más o menos dos minutos de duración en los que algunos emprendedores cuentan su experiencia profesional. Algunos, como las empleadas de la turronería madrileña Casa Mira o el dueño de la cadena de pescaderías Coruñesas, demuestran que a veces los negocios y, más aún, los negocios de éxito tienen corazón.
La muestra 'El tiempo amarillo' mueve el objetivo haciael lado humano de los negocios, la ilusión, la fatiga, la dificultad, el éxito, el fracaso y el glamour, pero no por eso se convierte en una exposición pedante o didáctica. Al contrario, las obras expuestas se disfrutan una por una por lo que son y no por lo que representan, haciendo ligero y agradable este paseo por casi un siglo de historia empresarial – o de historia y punto – de España.
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