El traje del último triunfo de Antoñete en Madrid lucirá en su velatorio

  • El vestido lila y oro que lució el diestro Antonio Chenel "Antoñete", fallecido ayer, la tarde de su última salida a hombros en Madrid, en 1985, estará junto a su féretro en la capilla ardiente de sus restos mortales que instalará mañana en el mismo escenario de sus triunfos, la plaza monumental de Las Ventas.

Madrid, 23 oct.- El vestido lila y oro que lució el diestro Antonio Chenel "Antoñete", fallecido ayer, la tarde de su última salida a hombros en Madrid, en 1985, estará junto a su féretro en la capilla ardiente de sus restos mortales que instalará mañana en el mismo escenario de sus triunfos, la plaza monumental de Las Ventas.

Antoñete murió ayer a los 77 años en el madrileño Hospital Puerta de Hierro de Majadahonda (Madrid), donde ingresó aquejado de una bronconeumonía, según informaron a EFE fuentes familiares.

Antonio Chenel había nacido el 24 de junio de 1932 en Madrid, muy cerca de la plaza de Las Ventas, donde transcurrió su infancia y juventud, ya que su cuñado Paco Parejo ejerció como mayoral de dicho coso. Se vistió de luces por primera vez en 1946 y tomó la alternativa en Castellón, el 8 de marzo de 1953.

Fue uno de los toreros referentes de la segunda mitad del pasado siglo, y su etapa más esplendorosa transcurrió a principios de los ochenta.

Su gran despegue tuvo lugar en Madrid, de cuya afición fue ídolo indiscutible desde que en 1966 cuajó una memorable faena al ya famoso toro "Atrevido", de la ganadería de Osborne, un astado que ha quedado inmortalizado como "el toro blanco de Osborne" para unos, y "el toro blanco de Antoñete" para otros.

Su tauromaquia, forjada en el más puro clasicismo, tuvo connotaciones muy directas con el estilo de Juan Belmonte (años veinte) en cuanto a la estética y al de "Manolete" (década de los cuarenta) en lo que se refiere a la técnica.

"Antoñete" sufría desde hace varios años crisis cardiorrespiratorias, la última de las cuales, el pasado invierno, le apartó definitivamente de su puesto de comentarista taurino en la cadena SER y Canal.

En la capilla ardiente que será instalada mañana en Las Ventas estará ese traje lila y oro con el que triunfó por última vez en Madrid y que se reproduce en multitud de carteles y fotografías que ensalzan las suertes del toreo según la genial visión e interpretación que tuvo "Antoñete" de su particular tauromaquia, que en aquella ocasión alcanzó muy altas cotas artísticas.

"El vestido lo había donado él mismo al Museo Taurino de esta plaza y ahora lo vamos a utilizar para rendirle honores póstumos", informó a EFE el director gerente del Centro de Asuntos Taurinos de la

Coetáneo de "Antoñete" en la profesión, el veterano diestro salmantino Santiago Martín "El Viti", muy afectado al conocer la noticia, dijo estar "anonadado. Ya sólo nos queda rezar por él. Ha sido un buen compañero y un gran torero. Qué vida. Pero es lo que a todos nos espera".

Compañero de profesión también del "maestro" fallecido, Curro Vázquez dijo que "siempre sentí una gran admiración por él. Fue mi espejo como torero. En realidad su figura hay que resumirla con un torero de toreros".

Por su parte, el matador de toros colombiano César Rincón se expresaba en estos términos: "fue un espejo en el que siempre quise reflejarme. Me apadrinó en mi alternativa y su nombre y su recuerdo los voy a llevar siempre en el corazón".

Emilio Muñoz, matador de toros y compañero del fallecido en las transmisiones por Digital Plus, estaba tan afectado que después de reconocer que ha perdido a una gran persona ya no quiso hablar más: "Lo siento, de Antonio habría que decir muchas cosas muy bonitas y sentidas, pero ahora no es el momento para mí".

El rejoneador Sergio Galán ha hecho público su pesar con un expresivo "se ha ido un gran torero. El del mechón blanco dice adiós tiñendo de luto el toreo. Descanse en paz, maestro. Hasta siempre, Chenel".

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