El último sueño de Chavela Vargas

  • La gran señora, 'la Llorona', volvía a la Residencia de Estudiantes después de 7 años el pasado julio. Aquí cumplía uno de sus últimos sueños. Con su visita a España Chavela Vargas comenzaba su retirada para finalmente decir ayer su adiós definitivo.

Ylenia Álvarez

"No puedo morir sin ofrecer un homenaje a García Lorca", dijo una mañana Chavela Vargas. Hace menos de un mes la artista cumplía su sueño y viajaba a España por última vez.

Aquí se reencontraba con mucho más de lo que ella misma pensaba (su patria, su casa, sus amigos...) y al fin el poeta granadino le tendía su mano para continuar la mágica relación que ambos mantenían. Un disco bajo el nombre de La luna grande, en el que la cantante interpreta los textos del poeta con el acompañamiento de algunas de sus músicas más populares, queda como prueba audible y sentida.

El pasado julio hablaba en la Residencia de Estudiantes bajo una energía distinta, bajo un halo que ponía los pelos de punta. Ella invocaba a Lorca con su presencia y éste parecía hacer acto de presencia. Mientras, los "gatitos negros" que rondan por el lugar salían, como solían hacerlo, a recibirla. Ella, como buena observadora, dejaba en evidencia cuánto le gustaban.

La gran señora, 'la Llorona', volvía a su casa después de 7 años: "Recuerdo la paz en la Residencia, la ternura, a mí peleándome con los becarios y con todo el mundo, y ahora encuentro que me dicen "bienvenida a tu casa". Aquí estoy en la hembra de Europa (México es el varón), yo te saludo con toda mi alma. Con todo lo que se puede juntar de alma y de esperanza, que es lo bello de la vida".

"Un día por la mañana no puede caminar y ahí pagué todas mis culpas"

Chavela Vargas tenía una personalidad arrolladora, era un "volcán", como ahora la llama su querido Pedro Almodóvar, y no parecía tener miedo a nada. Sabía perfectamente el punto de su vida en el que se encontraba y la recordaba con pasión y llena de paz. "He tenido la fortuna de hacer las cosas que he querido con todo mi amor y toda la grandeza que tienen las cosas simples. Con ellas he atravesado mares y cielos siempre. Tranquila. Esperando darle la mano y que ellos me saluden y así darle las gracias al cielo".

Entre verso y verso de Lorca, y entre verso y verso improvisado, se le escaparon sus más profundos pensamientos en aquel día caluroso de Madrid: "Así se fue. Así nos fuimos un día. Nos encontramos y allí estaremos para decirte que te quiero".

Sin miedo, la cantante confesaba que no le dolía nada. "No me duele nada porque he vivido muy tranquila, muy en paz, con sentimientos... Tuve la sorpresa inmensa de que un día por la mañana no pude caminar y ahí pagué todas mis culpas", decía desde sus entrañas.

Por esos días Chavela también presentaba, antes de caer enferma por agotamiento, el libro Dos vidas te necesito: las verdades de Chavela (Editorial Montesinos).

Escrito por su amiga y periodista María Cortina, el libro es una crónica intesa de una vida marcada por la música. Un día trabajando en él, le confesó a Cortina: "Me voy a ir, pero aquí seguiré. Volveré y seguiré dictando las letras y las palabras que se necesitan para escribir un poema. Verás una luz, un atardecer, alguna cosa excepcional verás y sabrás que soy yo. Vamos a seguir conversando sobre la verdad: sobre las verdades de Chavela, donde se juntan la tristeza y el dolor que he vivido, la ternura también... todo el amor que he sentido por mis amigos, mi público, mis amores. Ve y diles a todos que no me iré".

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