"En la ciudad, una esquina", cuentos por una sociedad más justa y ecológica

Anabel Pascual

Madrid, 6 jun.- "En la ciudad, una esquina" es un libro de microrrelatos contundentes que se desarrollan en la ciudad y que tienen como protagonistas a mujeres con la convicción de que "es posible crear una sociedad más justa social y ambientalmente".

Publicada por Libros en Acción, el proyecto editorial de Ecologistas en Acción, "En la ciudad, una esquina" se enmarca en la Colección Prosépica, que entrelaza la prosa épica y la poesía luchadora, porque "ambas son herramientas necesarias de cambio desde el ecologismo social", según los editores.

La organización acogió esta propuesta literaria "con ilusión", asegura a Efeverde la autora del libro María González Reyes, porque "les gustó una propuesta que reivindica el lenguaje de lo próximo frente al lenguaje de lo macro".

La escritora, que se define como "una profesora de secundaria a la que le gusta escribir", explica que "trato de explorar la posibilidad de transmitir lo que queremos contar a personas que no se acercarían a otro tipo de lenguajes, como un informe sobre el cambio climático o un manifiesto", reflejando sentimientos que "todos hemos experimentado en algún momento".

Los relatos de González sirven así para traducir "conceptos importantes, como pobreza energética o sobrepesca", a través de "lo que les ocurre a Paola, que no ha tenido calefacción en todo el invierno, o a Sini, que tuvo que emprender un camino lleno de fronteras porque ya no había pesca en su país debido a la actividad de los grandes buques", un avance de su próximo proyecto.

La creciente movilización social en nuestro entorno más cercano, "con debates y asambleas, cada vez más frecuentes en los barrios cuestionando el actual devenir de las cosas, nos incita a pensar que, cada uno desde su esfera, puede intentar cambiar las cosas" porque, insiste, "otra sociedad es posible".

El libro cuenta con ilustraciones "que tienen un peso importante" elaboradas por Virginia Pedrero, que también se ha encargado de la maquetación y del diseño del libro.

Pedrero apunta que "es un libro ilustrado en el que la imagen y el texto forman el todo", porque, como puntualiza González, "textos e ilustraciones están al mismo nivel de importancia, porque ambos se enlazan y entrecruzan para contar las historias. Una parte sin la otra no tendría sentido".

La relación entre ambas ha sido continua durante todo el proceso, "y eso se percibe porque los ojos pasan indistintamente de las letras a los dibujos".

En este sentido, explica la autora, "ha sido Virginia (Pedrero) la que ha buscado más el hilo conductor, no sólo enlazando la línea gráfica, sino eligiendo de todos los textos que había aquellos que más se adecuaban a lo que queríamos contar".

González insiste en la vertiente ecológica de la "crisis sistémica y no sólo económica que atravesamos, una crisis que se crea por la incompatibilidad entre un sistema económico basado en la extracción ilimitada de recursos y la emisión de residuos en un planeta que es finito".

Y asegura tajante: "Hay que denunciar que el modelo que se propone no sirve, hace infelices a muchas personas, es injusto y está llevando al planeta hacia el colapso".

Por ello, reivindica el uso de la poesía, la novela o el microrrelato también "como herramientas para poder transformar miradas" con la convicción de que "si camináramos por una ciudad llena de eslóganes diciendo que es posible crear una sociedad más justa social y medioambientalmente, en lugar de lanzar mensajes para animarnos a consumir, algo sería distinto".