En la oscuridad de Malota

  • Es una de las ilustradoras más reconocidas de este país y, si no tuviera que dividirse entre la universidad y el diseño gráfico, confiesa que estaría todo el rato dibujando. Mar Hernández, más conocida como Malota, nos habla de su trabajo y de su próxima exposición que gira en torno a un tema muy inspirador: la oscuridad.
En la oscuridad de Malota
En la oscuridad de Malota
Malota
Alessia Cisternino

Cuando le preguntas cuál es el trabajo del que está más orgullosa, la ilustradora valenciana Mar Hernández, más conocida como Malota, contesta como contestaría cualquier artista: el último.

Y no es de extrañar, dado que una de las últimas cosas que he hecho esta brillante ilustradora es una pieza para la agencia McCann-Erickson, nada más y nada menos, para el centro comercial Akmerkez de Estambul donde reinterpreta a una de las divinidades hindúes en clave muy femenina.

Un ejemplo de creatividad desbordante encorsetada en pura perfección estilística y técnica, algo que recorre casi todo el trabajo de esta chica de 30 años que se define "responsable, trabajadora, cerebral, controladora y exigente" pero también "alegre, cercana y muy amiga de sus amigos".

"Me cuesta mucho definir mi trabajo" dice Malota "creo que soy muy cerebral y demasiado controladora y exigente. Esto, de alguna manera se refleja en lo que hago, a nivel gráfico y también conceptual. Mis ilustraciones suelen ser simétricas y consecuentemente estáticas y equilibradas en sus composiciones"

"También tengo otras propuestas en las que trato de romper con esto y trabajo de manera más aleatoria y libre, con técnicas que no me permiten controlar tanto los resultados. Siempre es interesante experimentar cosas nuevas".

Un rompecabezas de rigor y calidez, tan difícil de definir cuanto asombroso en sus resultados, algo que ha llevado a Malota a ser una de las ilustradoras más reconocidas de este país y aún así una ilustradora casi "por sorpresa", que da clase en la universidad y también desarrolla proyectos más cercanos al diseño gráfico y no tanto al dibujo.

"No recuerdo ningún momento concreto en el que decidiera que quería dedicarme a la ilustración, creo que fue más gradual, de hecho todavía me dedico a muchas cosas y la ilustración es una de las que más me gusta y que poco a poco ha ido ocupando más y más tiempo en el desarrollo de mis actividades".

Tras haber expuesto su trabajo México y Estados Unidos el año pasado, Malota vuelve a su tierra de origen y el próximo 5 de noviembre inaugurará junto con Elvira H. Mateu– "artista que admiro inmensamente" dice – un proyecto expositivo que gira en torno al tema de la oscuridad y en el que sus ilustraciones se mezclarán con los broches en forma de lepidópteros nocturnos de Elvira.

"Todas las piezas que hemos preparado" explica Malota "tanto Elvira como yo son originales y han sido realizadas específicamente para el proyecto de la muestra". Catalina Estrada, Irina Troitskaya, Olimpia Zagnoli, Sanna Mander, Lau Varsky, Lotta Nieminen, a parte de Elvira H. Mateu, son otras ilustradoras a las que Malota admite admirar muchísimo y que se niega categóricamente a definir como una "minoría" rosa en el mundo de la ilustración.

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