Esos 100 m2 (se vende piso con inquilino)

  • La crisis inmobiliaria pisa las tablas. En el Teatro Lara de Madrid, una comedia de Juan Carlos Rubio cuenta lo que estaríamos dispuestos a hacer por un piso de 100 m2, en una de las mejores zonas de la ciudad y a mitad de precio…pero con un pequeño "inconveniente" dentro.
Esos 100 m2 (se vende piso con inquilino)
Esos 100 m2 (se vende piso con inquilino)
lainformacion.com
Alessia Cisternino
Alessia Cisternino

Cada día pasan muchas cosas en el mundo, sin embargo en los últimos años – esos años, "los de la crisis" – lo único que parece pasar en la tele tanto como el los periódicos es que los precios de los inmuebles bajan y suben como les da la gana y que las hipotecas regulan nuestras funciones vitales como nunca habríamos podido imaginar. Estamos rodeados por buenos consejos: ahora hay que comprar, ahora es aconsejable vender, ahora es mejor irse a vivir de alquiler, ahora es mejor quedarse para siempre a vivir con los padres.

Pero nadie dice lo que hay que hacer con un piso de 100 m2, con una ubicación envidiable, que se vende por la mitad de lo que vale. ¡Comprarlo, es evidente! Pero la respuesta no es tan obvia como parece, considerado que este piso perfecto, en la zona perfecta, con la luz perfecta y con el precio perfecto se vende con su inquilina dentro.

La crisis inmobiliaria llega al teatro, en la comedia de Juan Carlos Rubio 100 m2, en escena en estos días en el Teatro Lara de Madrid. La obra cuenta la historia de Sara (interpretada por Miriam Díaz-Aroca) – una chica "bien", con un trabajo "bien" y con una vida "bien" pero sin salida de emergencia – y de su nuevo piso, un apartamento de 100 m2 y un precio por el que muchos matarían, pero con un pequeño inconveniente: la dueña del piso, una anciana señora interpretada por una deslumbrante María Luisa Merlo, se quedará allí hasta el día de su fallecimiento.

El guión se basa en un hecho real que le ocurrió al mismo Juan Carlos Rubio. "Se vende piso con inquilino dentro" decía el anuncio. Fue a ver el piso e intercambió una conversación algo surrealista con el agente inmobiliario, pero al final no tuvo la valentía de comprarlo, pero sí de montar sobre ello un espectáculo teatral en el que todos podemos reírnos de lo que estaríamos – ninguno está a salvo de las tentaciones, sobre todo en los tiempos de crisis – dispuestos a hacer por un piso que supera nuestros mejores sueños.

100 m2 es una buena comedia que se mueve con soltura en diferentes registros: desde las notas exquisitamente cómicas de la brillante interpretación de Jorge Roelas, hasta momentos más dramáticos y en algún caso hasta conmovedores donde emerge el talento de las dos protagonistas femeninas.

Obviamente el final no podemos revelarlo, pero que sepáis que la comedia va en la dirección contraria a la que se puede imaginar leyendo la sinopsis o al inicio del espectáculo. Es un final a sorpresa, con todas las letras, muy bien construido, que convierte el escenario en un mundo más real y más sensato de lo que sería el mundo real.

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