Ferrera y Fandiño abren la Puerta Grande en la primera de feria en Cuenca

  • Los diestros Antonio Ferrera e Iván Fandiño, con tres orejas cada uno, inauguraron hoy la Puerta Grande de la plaza de toros de Cuenca en el primer festejo de la feria de San Julián.

Francisco Notario

Cuenca, 24 ago.- Los diestros Antonio Ferrera e Iván Fandiño, con tres orejas cada uno, inauguraron hoy la Puerta Grande de la plaza de toros de Cuenca en el primer festejo de la feria de San Julián.

FICHA DEL FESTEJO.- Toros de Torreherberos, el tercero con el hierro de Torrehandilla, bien presentados, de bonitas y armónicas hechuras, y de juego variado. El mejor, el segundo, aplaudido en el arrastre. Manseó el quinto y se paró el sexto.

Antonio Ferrera: estocada contraria (oreja); y estocada (dos orejas).

Iván Fandiño: estocada (oreja); y media (dos orejas).

Daniel Luque: dos pinchazos y estocada (ovación); y pinchado y media (palmas).

Al finalizar el paseíllo se guardó un minuto de silencio en memoria del que fuera novillero local Heliodoro Cordente "Dorito" y de Fernando Briones, asesor de presidencia, recientemente fallecidos.

La plaza tuvo tres cuartos de entrada en tarde agradable.

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TRIUNFOS DE DISTINTO VALOR

Antonio Ferrera no estuvo en Cuenca tan entonado como otras veces, aunque, a la postre, acabaría llevándose el triunfo gracias a la condescendencia de un público muy amable.

En el que abrió plaza no brilló como suele hacerlo él con las banderillas. Después de un inicio de faena un tanto frío, en el que incluso mandó silenciar a la banda, consiguió el extremeño algún muletazo suelto por el lado derecho, aunque al conjunto le faltó ajuste y reposo.

Con el cuarto fue todo lo contrario. En banderillas se metió al público en el bolsillo con un tercer par al quiebro por los adentros. Empezó la faena de muleta rodilla en tierra y se fue a los terrenos de sol para levantar a las peñas asegurándose así los trofeos.

Tampoco fue una labor importante, de medios pases y poco fondo, pero acabó cortando dos orejas.

Lo de Fandiño es otro cantar. Muy bien con el capote en el toreo a la verónica a su primero, y posterior quite por ceñidas gaoneras. El hambre de triunfo es lo que más caracteriza al torero vasco, que le da igual la plaza en la que actúe para demostrar siempre un toreo puro, de mucho temple y ajuste, corriendo muy bien la mano en muletazos de mucha enjundia sobre ambas manos.

Con el quinto se pasaron momentos de apuro tras perder pie el banderillero Jesús Arruga cuando iba a clavar un par de banderillas. El animal manseó más de la cuenta, pero, a base de aguante, volvió a brillar Fandiño en una labor premiada con el doble trofeo.

Daniel Luque llevó a cabo en su primero una faena encimista truncada por el fallo a espadas.

En el que cerró plaza, hizo el esfuerzo Luque y puso hasta banderillas. Muleta en mano cumplió el expediente con nota pero el animal se apagó enseguida y a pesar del arrimón final, aquello no tomó vuelo.

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