Galeano hilvana y narra los sueños de su mujer en un libro ilustrado

  • Los sueños siempre han sido uno de los materiales preferidos para la literatura, y así también lo piensa el escritor uruguayo Eduardo Galeano, que ha reunido los textos escritos por él sobre los sueños de su mujer, Helena Villagra, en un libro ilustrado por el artista gráfico Isidro Ferrer.

Carmen Sigüenza

Madrid, 20 nov.- Los sueños siempre han sido uno de los materiales preferidos para la literatura, y así también lo piensa el escritor uruguayo Eduardo Galeano, que ha reunido los textos escritos por él sobre los sueños de su mujer, Helena Villagra, en un libro ilustrado por el artista gráfico Isidro Ferrer.

Con el título "Los sueños de Helena", y publicado por Libros del Zorro Rojo en España y Latinoamérica, este volumen es toda una obra de arte, en donde Ferrer ha creado composiciones para ilustrar cada sueño, y en donde conviven esculturas, collages y dibujos, ligados todos ellos por el mundo onírico.

El libro aúna textos nuevos del escritor y otros que han ido apareciendo sueltos en algunos de los títulos más emblemáticos, como "Memoria de fuego" (1982), "El libro de los abrazos (1989), "Las palabras andantes" (1993), "Bocas del tiempo" (2004) o "Espejos" (2008).

En el prólogo a esta edición Galeano escribe: "Helena me humilla cada mañana, a la hora del desayuno, contándome sus sueños prodigiosos. Entra en la noche como en un cine, y cada noche un sueño nuevo la espera. Mientras ella cuenta, yo bebo mi café en silencio. Más me vale callar".

"Los pocos sueños míos que consigo son de una bochornosa estupidez -continúa-. Para vengarme, escribo los sueños que ella vuela. Aquí están reunidos, fugitivos de las páginas de mis libros que ellos, los sueños, han mejorado tanto. Las obras de Isidro los acompañan de la mejor manera".

Isidro Ferrer (Madrid, 1963) ilustrador, diseñador y escenógrafo, ha ilustrado también textos como "El vuelo de la razón", premio del Ministerio de Cultura a la mejor edición en 1993; "Yo me lo guiso, yo me lo como" (Premio Laus de Plata de Ilustración, en 1996) o "Una casa para el abuelo" (Premio Daniel Gil de Ilustración, 2003), entre otros.

Y para este artista gráfico este proyecto ha sido, según dice a Efe, todo un regalo, porque desde hace muchos años es un rendido admirador del escritor uruguayo, uno de los autores más comprometidos con su tiempo, tanto de sus ficciones, ensayos y narrativas como de su pensamiento.

"Este libro es muy especial para mí y se trata de fotografías de las construcciones volumétricas hechas con materiales que son de madera y que recojo de las playas o de escombreras. Son maderas vividas, porque de alguna manera me gusta recrear el paso del tiempo impreso en materiales nobles".

"Los sueños de Helena" también es un homenaje que ha querido hacer Isidro Ferrer al artista uruguayo Joaquín Torres García (1874-1949), el pintor constructivista, profesor y ensayista más reconocido en Uruguay.

"He querido acercarme al discurso de universalismo constructivo de Torres García y acercarme desde una óptica contemporánea e ilustrativa, a esa manera tan peculiar que es la expresión artística latinoamericana.

Sueños, profecías, bailes, sueños perdidos en una isla, en el aeropuerto, miedos, amores, besos, amigos, el exilio, Cortázar, Juana Inés de la Cruz, casas en el aire, casas de palabras, vuelos, nubes, hilos sin fin, la abuela ciega. Todo un material onírico que Eduardo Galeano ha hilvanado con su ingenio y su pluma y que Isidro Ferrer ha interpretado como si fuera un Freud de la ilustración.

"Me han gustado todos los sueños, en especial uno dedicado a su abuela ciega por la atmósfera del sueño, pero son todo ficciones construidas por Galiano. Aunque quiero destacar también como especialmente bello el dedicado a Pepa Lumpen, la perrita de Helena Y Galeano que murió", precisa.

"Durmiendo, nos vio. Helena soñó que hacíamos fila en un aeropuerto igual a todos los aeropuertos y estábamos obligados a pasar a través de una máquina nuestras almohadas. En cada almohada, la almohada de anoche, la máquina leía los sueños. Era una máquina detectora de sueños peligrosos para el orden público", escribe Gaelano.

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