García Montero recuerda a Ayala como un "escritor moral no moralista"

Oviedo.- El catedrático de Literatura y asesor de la Fundación Francisco Ayala, Luis García Montero, ha recordado hoy al creador granadino como un "escritor moral no moralista", que hizo "ejercicio público de conciencia a través de sus recuerdos y personajes".

Así lo ha manifestado durante la rueda de prensa en la que ha comparecido, instantes antes del homenaje que la Universidad de Oviedo ha ofrecido a Ayala, en el que también han participado la viuda del escritor, la profesora Carolyn Richmon, y la directora de la Cátedra Alarcos, Josefina Martínez.

García Montero ha destacado su apuesta por "intentar trazar" una figura de Francisco Ayala como "escritor, pensador, ensayista y crítico literario".

"Voy a destacar que en la base de toda su obra está la preocupación por la condición humana y el concepto de responsabilidad como ejercicio de la conciencia independiente", ha afirmado el biógrafo, en referencia a "lo que caracteriza" la figura de Ayala (1906-2009).

Ha subrayado que le resulta "muy curioso" ver como Ayala ha elaborado sus evocaciones "hilando los momentos de decisión", que ha centrado en el instante en el que el escritor tuvo que decidir si se iba de Granada a Madrid, qué hacer con su vida en esta ciudad, si volver a España durante la Guerra o si se mantenía fuera, cómo vivir los exilios o cómo regresar a España.

"La columna vertebral de Francisco Ayala está compuesta por los momentos de la decisión", ha incidido García Montero, quien ha añadido que "eso lo identifica con sus personajes, él es un personaje más de Francisco Ayala, alguien que hace ejercicio público de conciencia y que decide según la realidad".

En su recuerdo del escritor homenajeado, ha apuntado que Ayala fue "el primer escritor que publicó en España un volumen dedicado al cine, en 1929", y ha celebrado haber tenido la "oportunidad" de escribir su biografía y la "suerte" de que le propusiera hacerse cargo de los actos del centenario en 2006.

"De todos los momentos vividos como profesor o como crítico literario, lo que más recuerdo y tengo en la memoria son las muchas tardes que he pasado en casa de Carolyn Richmon y Francisco con una copa de whisky hablando de la vida y de la realidad", ha destacado.

En este sentido ha recordado cómo "una persona que tenía noventa y tantos años y después 100 y más tarde 102 años tenía los ojos abiertos, intentando dar respuesta todavía al mundo, que él sentía como algo suyo porque iba a ser el de la gente que quedaba después de él".

Richmon ha recordado sus visitas a Oviedo, muchas de ellas en compañía de su marido, entre ellas cuando asistieron a la capital asturiana para recoger el Premio Príncipe de Asturias de las Letras, que ha enmarcado en una "combinación de sensaciones".

Para la hispanista, aquel momento, en 1988, cuando Francisco Ayala contaba con 92 años, fue un instante de "alegría, humor y cansancio".