García Rodero y Helena Almeida confluyen en Valladolid como artistas pioneras

  • Roberto Jiménez.

Roberto Jiménez.

Valladolid, 20 feb.- La fotografía hecha por mujeres ha recorrido un largo y erizado camino hasta ser reconocida a partir del último tercio del siglo XX, en el caso de España y Portugal, con dos pioneras como Cristina García Rodero y Helena Almeida, parte de cuya obra se puede contemplar desde hoy en Valladolid.

"En femenino", con fondos de la Fundación Foto Colectania, exhibe en Valladolid hasta el 30 de marzo medio centenar de imágenes de fotógrafas, dentro del programa cultural elaborado con motivo de la celebración del Día Internacional de la Mujer Trabajadora (8 de marzo).

El periodismo, una de las escasas vías de penetración de la mujer en la fotografía documental, sólo fructificó a finales del siglo pasado como parte de una corriente de normalización cuyo inicio ha situado Pepe Font de Mora, director de Foto Colectania, entre los años sesenta y setenta del siglo XX.

El reconocimiento profesional y artístico de las fotógrafas fue una resultado "sólo posible gracias al duro camino elegido por mujeres como Cristina García Rodero, única española en la prestigiosa Agencia Magnum", ha recordado Font acerca de una trayectoria gestada en clave de renuncia personal.

"Se volcó totalmente en la fotografía" y abrió rutas a las fotógrafas que vinieron después por la vereda del periodismo, caso de la serie "España oculta" que García Rodero (Puertollano, Ciudad Real, 1949) fraguó desde los setenta y divulgó gracias a una serie publicada en el diario "El País" casi una década más tarde.

La exposición "En femenino" reúne una docena de creadoras españolas -Susi Artal, Montse Campins, Isabel Muñoz, Marta Povo, Beatriz Romero, Mónica Roselló y Cristina García Rodero-; portuguesas -Catarina Botelho, Inés Gonzalves, Joana Pimentel y la veterana Helena Almeida-, además de la mexicana Flor Garduño.

Las "obsesiones personales", tanto en la selección de los temas como en la constante búsqueda de matices, enfoques o perspectivas, caracterizan el quehacer de estas artistas que, como todos los prestigiosos fotógrafos, "sueñan con hacerse invisibles" para no condicionar la realidad que pretenden reflejar.

En el caso de Helena Almeida (Lisboa, 1934), ha referido el director de Foto Colectania y coordinador de la exposición, "ella misma forma parte de la imagen, se autorretrata, acostumbrada como estaba, desde pequeña, a posar para su padre, el famoso escultor Leopoldo de Almeida".

Participa en este muestrario con una obra más conceptual, abstracta, hasta el punto de intervenir con pequeñas pinceladas de pintora para realzar el carácter reflexivo de su trabajo y reforzar el contenido del mensaje.

Joana Pimentel y Catarina Botelho trasvasan a quien mira sus trabajos una vena poética a través de realidades cotidianas, el día a día de los hombres y mujeres que captan sus objetivos, mientras que Inés Gonzalvez vierte grandes dosis de dulzura cuando se aproxima con su máquina a niños mulatos y mestizos en las antiguas colonias lusas en África.

Entre las españolas, además de García Rodero -con imágenes de la serie España Oculta y otras tomadas en Georgia-, concurre Isabel Muñoz (Barcelona, 1951) con una serie de desnudos masculinos de etnias africanas donde el tatuaje que a simple vista deduce el visitante es en realidad una pintura que recubre todo el cuerpo.

España y Portugal, ha concluido, Pepe Font, "son dos países que se han dado la espalda durante demasiado tiempo, especialmente la primera", razón por la cual ha apostado por esta muestra conjunta extraída de las más de 3.000 piezas que Foto Colectania, entidad fundada en 1950 tiene de artistas de ambos países hermanos.

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