"Genio e ingenio" documenta en fotos la épica humana de la posguerra italiana

  • Roberto Jiménez.

Roberto Jiménez.

Valladolid, 4 dic.- Un país convulsionado por la guerra, tras la ofensiva aliada que recorrió de norte a sur la península italiana entre 1943 y 1945, no desfiguró el rostro de unas gentes que pusieron su mejor sonrisa al caos, como testimonia la exposición fotográfica "Genio e ingenio", inaugurada hoy en Valladolid.

Al finalizar la II Guerra Mundial (1939-1945), la Europa arrasada por el conflicto bélico se convirtió en territorio codiciado por los fotógrafos documentalistas, principalmente a raíz de la creación de la Agencia Magnum, en 1947, con nombres como Robert Cappa, David Seymour y Henri Cartier-Bresson, presentes en esta exposición.

"Genio e Ingenio", hasta el 18 de enero en Valladolid con un centenar de imágenes pertenecientes a las colecciones de Guido Bertero, contrapone la visión documental de la Italia de la posguerra de los reporteros extranjeros con la poética neorrealista de profesionales nativos como Mario de Biassi, Giuseppe Cavalli y Carlo Cosulich, entre otros, más interesados en las personas.

A la primera tendencia corresponden imágenes cotidianas en ciudades que luchan por recobrar el pulso normal después de la catástrofe, que Robert Cappa y Cartier-Bresson detectan a través de su vida nocturna o el pálpito callejero de los jóvenes, pero aún con el rastro de una guerra reciente, en los años cuarenta.

La década de los cincuenta marca un punto de inflexión, el deseo de abandonar la pesadilla de la guerra y el afán por abrir caminos de prosperidad para entrar en la normalidad que insinúan los clérigos en el mar que retrata William Klein, además de una barbería y un bar repletos y animados como signo de vida.

Los niños que juegan al fútbol en Nápoles y un picnic en la orilla del Mar Báltico (List Herbert) también acentúan esa sensación de reequilibrio social, al igual que la promesa de felicidad de los novios que captó en Luzzara Paul Strand en 1953.

Son algunos ejemplos de la fotografía documental que interesó a los extranjeros, pero los fotógrafos italianos apostaron por un enfoque poético y neorrealista, con las personas como eje de ese resurgir social tras la contienda.

Dignidad y elegancia, alegría y optimismo en las calles y casas de Roma, Nápoles, Palermo y Cerdeña respiran los personajes que desfilan por las fotografías de los profesionales italianos.

La serie de Mario de Biasi, titulada "Los italianos se giran", da cuenta de esa escalada vital con los gestos que componen y las miradas de lujuria y fantasía que proyectan adolescentes, jóvenes y adultos al paso de una mujer ceñida en un vestido blanco que pasea por la calle y se dirige a un tranvía.

La guerra se asume con la misma normalidad con que un grupo de niños simula el fusilamiento de uno de ellos en un paredón de Palermo, ante la indiferencia de los parroquianos que se solazan en la terraza de un bar próximo, como apunta la fotografía tomada por Sekllerio Enzo, ya en 1960.

"Genio e Ingenio" reúne en un mismo lema al talento del reportero con la ayuda de la técnica fotográfica (ingenios) que evolucionan con el paso del tiempo: alma y cuerpo de la imagen, ha explicado Enrica Vigano, comisaria de esta exposición que por vez primera se ve en España, promovida por el Ayuntamiento de Valladolid.

Los fondos pertenecen al industrial de Turín Guido Bertero, quien en los últimos años ha comprado numerosos archivos gráficos de autores italianos prácticamente desapercibidos, y que ha complementado con la adquisición de originales de célebres reporteros como Capa, Seymour y Cartier-Bresson.

"Curae sed deliciae" (Preocupaciones pero también disfrute) es el lema del "ex libris" de Bertero, que resume su pasión por el coleccionismo, desde los cromos y platos, libros antiguos y cerámica, hasta la fotografía que empezó a frecuentar a partir de 1998.

Mostrar comentarios