Gimferrer reflexiona sobre la propia naturaleza de la poesía en "Rapsodia"

  • Barcelona.- Llovía sin parar en Barcelona a finales de enero de 2010. El poeta Pere Gimferrer, encerrado en casa, empezó a trabajar, sin proponérselo, en su nueva obra, "Rapsodia", un poema unitario en verso libre, redactado inicialmente en seis días, en el que reflexiona sobre la propia naturaleza de la poesía.

Gimferrer reflexiona sobre la propia naturaleza de la poesía en "Rapsodia"
Gimferrer reflexiona sobre la propia naturaleza de la poesía en "Rapsodia"

Barcelona.- Llovía sin parar en Barcelona a finales de enero de 2010. El poeta Pere Gimferrer, encerrado en casa, empezó a trabajar, sin proponérselo, en su nueva obra, "Rapsodia", un poema unitario en verso libre, redactado inicialmente en seis días, en el que reflexiona sobre la propia naturaleza de la poesía.

Durante un encuentro con periodistas, el también académico ha presentado hoy el libro, dividido en diecisiete secciones, y ha explicado que aunque lo armó en apenas una semana, luego estuvo meses corrigiéndolo, tanto para evitar reiteraciones como para mejorar el aspecto rítmico y la imagen de las palabras.

Llevaba año y medio sin componer poesía con continuidad y lo que ahora presenta, publicado por Seix Barral, es la sexta vez que lo aborda: un poema largo unitario, que, como en cuatro otras ocasiones anteriores, divide en secciones numeradas en números romanos.

Sus lectores habituales volverán a encontrar sus alusiones a las relaciones entre el amor y la experiencia artística; a la tensión entre el lenguaje y lo vivencial; sin obviar las referencias a algunos de sus autores de culto como Dante o Góngora.

Pere Gimferrer ha advertido que a lo largo de su trayectoria ha procurado que "cada libro fuera diferente de los otros", aunque nunca ha variado su actitud ante la palabra, ante la poesía, que ha calificado de "imagen y sonido".

En este sentido, ha aseverado que se esfuerza para que "en cada poema se formen versos que por si mismos tengan una entidad de imagen y sonido" y ha mantenido que la longitud (ocupa 84 páginas) no podía ser otra. "No puede ser más largo de lo que es, tiene una dimensión parecida a la de otros poemas unitarios de la época contemporánea y, además, ya le había pedido suficiente al lector", ha apuntado.

En cuanto a la manera de trabajar con las palabras, ha confesado que lo primero que surge es siempre la unidad rítmica y eso "da lugar a que las palabras se organicen en imágenes que se pueden concebir visualmente y que dan un determinado sentido lógico, que el lector puede captar, a pesar de que la expresión no esté formulada de forma racional".

Sin ninguna palabra inventada en la obra, indica Gimferrer que también procura dosificar los "cultismos" y que sólo haya los necesarios.

En cuanto a algunas de las expresiones que utiliza, dice ser consciente de que hay: "imágenes bastante atrevidas, que si me salen mal, puedo quedar bastante en ridículo. Ciertamente, es un peligro que corro", apostilla.

Con influencia de autores muy diversos, desde Dante, Góngora y Ausias March, a Baudelaire, son Pablo Neruda y Rimbaud quien cree que han ido más lejos en el uso de la denominada imagen "alógica", basada en el sonido y el poder evocador de las palabras.

Reconociendo que el poeta que más veces ha leído es Dante, Pere Gimferrer no esconde que, aunque es autor de una "Rapsodia", es un mal rapsoda, mientras que en el podio de los que han recitado mejor en los últimos tiempos ha colocado a Josep V. Foix y Giuseppe Ungaretti.

Respecto a si está escribiendo de nuevo, ha dado a conocer que esta misma mañana ha acabado un poema corto de catorce versos, que había empezado hace seis o siete días. "Pero no sé si haré otro libro", ha concluido.

Por Irene Dalmases

Mostrar comentarios