Giralt Torrente evoca al padre en "Tiempo de vida", una ficción sin invención

  • Barcelona.- Tras meses de dudas y de fracasar repetidamente, el escritor Marcos Giralt Torrente asumió en otoño de 2007 que sólo le era posible escribir sobre su padre, muerto en febrero de ese año, y de sus reflexiones entorno a este hecho nació "Tiempo de vida", que hoy ha calificado de "ficción sin invención".

Barcelona.- Tras meses de dudas y de fracasar repetidamente, el escritor Marcos Giralt Torrente asumió en otoño de 2007 que sólo le era posible escribir sobre su padre, muerto en febrero de ese año, y de sus reflexiones entorno a este hecho nació "Tiempo de vida", que hoy ha calificado de "ficción sin invención".

Acompañado por el editor de Anagrama, Jorge Herralde, el autor madrileño ha presentado este mediodía en Barcelona esta íntima historia paterno-filial, que "casualmente" es la suya, y que algunos críticos ya han considerado "valiente" y una "exposición magistral".

El nieto de Gonzalo Torrente Ballester ha explicado que en el libro se solapan y confluyen la no siempre fácil relación entre un padre y un hijo, a los que no da ningún nombre, con una trama en la que va describiendo cómo se construye este artefacto literario y "sus inicios fallidos".

En su opinión, los narradores siempre escriben sobre la realidad, aunque: "a veces la transformamos, y en otras ocasiones tratamos de suplantarla, en función de nuestros sentimientos, lo que no quiere decir que eso no acabe siendo una ficción".

Es por ese motivo, ha argumentado, que "Tiempo de vida" es una "ficción sin invención", porque todo lo que en ella se cuenta ocurrió de verdad, en el tiempo que se consigna, aunque el material que utiliza para el relato lo trate de forma literaria y, además, "con voluntad universalizadora".

Preguntado sobre si la escritura del libro le ha supuesto una catarsis, el novelista ha indicado que no, porque no cree que su alma "esté mejor que antes de escribirlo", pero ha agregado que necesitaba "ordenar esa experiencia vital desde la escritura".

"No creo en la literatura terapéutica, pero la literatura es la única manera que tengo de relacionarme con el mundo. No sé pensar sin escribir. La manera de enfrentarme a cualquier hecho es mediante la escritura", ha precisado.

En cuanto a la forma de su nueva obra -tras dos novelas y varios libros de relatos-, ha destacado que desde el primer momento supo que no podía tener más de 150 páginas al entender que lo que relata "no se puede sostener en 600" y que ninguno de los personajes que aparece debería tener nombre para "subrayar la certeza de que estaba contando una historia universal".

Asimismo, optó desde el principio por cambiar su estilo, hasta el momento, "subrayadamente literario".

Aquí, en cambio, la voz debía ser la suya propia. "Intenté -ha destacado- que el libro contuviera mucha vida, sin velos artificiosos".

Respecto al resultado final, se ha mostrado "muy satisfecho" porque es la ocasión en que un libro suyo más se parece terminado a la idea que tenía de él inicialmente. "Refleja todo lo que pretendía contar y me sería difícil añadir una página más", ha apostillado.

Tampoco ha obviado una pregunta sobre cómo ha recibido su familia la novela. "Mientras iba escribiendo -ha explicado- les iba preparando y creo que la vacuna no ha fallado. Y quienes me importan menos no sé como recibirán el libro. Por el momento, no me ha llegado ninguna carta bomba", ha bromeado.

Nacido en 1968, Marcos Giralt Torrente se dio a conocer hace quince años con "Entiéndame" y, posteriormente, ha recibido varios premios como, en el año 1998, el Herralde de novela por "París", unas memorias de infancia que, aunque narradas en primera persona, nada tienen que ver con sus propios recuerdos.

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