Guillermo Orsi: "Somos lo que inventamos y leemos"

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    Los personajes de Guillermo Orsi (Buenos Aires, 1946) son, según el autor, "una suerte de refugiados" que se instalan en las novelas que escribe, novelas como Ciudad Santa (Almuzara, 2009), libro finalista al Premio Hammett de Novela Negra 2010. Orsi nos habla sobre Walter Carroza, protagonista de esta trama que transcurre en una muy personal ciudad de Buenos Aires. Continuamos así con la serie de entrevistas dedicadas a los escritores que optan al Hammett.
Guillermo Orsi, finalista al Premio Hammett de Novela Negra 2010
Guillermo Orsi, finalista al Premio Hammett de Novela Negra 2010
aviondepapel.tv
David González / Aviondepapel.tv

En tu novela "Ciudad Santa" no parece existir un personaje central que domine toda a narración, aunque sí es cierto que emerge como protagonista Walter Carroza…

No sé si hay un personaje "central". Hay una suerte de triángulo policial, en la cual el lector irá descubriendo, o eligiendo, de qué lado ponerse, a quién creerle y a quién no. La policía no goza de buena fama en la Argentina y no se trata de prejuicios, sino de una historia de complicidades con el poder, tanto en dictadura como en democracia.

¿Qué rasgos sicológicos tiene Walter Carroza?
No soy sicólogo, pero sí lo es uno de los personajes de mi novela. Habría que preguntarle a él en qué pabellón siquiátrico internaría a cada uno. De lo que soy consciente es del alto peligro que representa, para la sociedad en su conjunto, que esta clase de policías vele por su seguridad. Un poco más en serio –no demasiado-, el tipo en cuestión, que se llama Walter Carroza, es un cana (poli, pasma) bastante atípico para la Federal, un reventado de esta vida que está enamorado de la idea de suicidarse. Para colmo es uruguayo, lo que aumenta el aura de "bicho raro" con el que lo ven sus colegas.

¿Cómo pergeñaste el personaje? ¿Fue cobrando vida propia según escribías la novela?

He perdido toda esperanza de inventar nada y, mucho menos, los personajes. Éstos aparecen, andan por ahí, ven luz y entran. Podría entrar en mi novela como en alguna de las de mis amigos y compatriotas Argemí, Mallo, Oyola o Salem. Son una suerte de refugiados que se han quedado sin letra y la buscan en una trama lo más enredada posible. No es que cobren vida propia: creo que la tienen desde mucho antes de encontrarme yo con ellos ya instalados en la novela.

¿Te ha influenciado algún personaje o autor de novela negra para crear al personaje de Ciudad Santa?

Ninguno en especial, todos en general. Somos lo que inventamos, lo que leemos, lo que hemos visto en el cine del barrio al que íbamos en nuestra infancia y adolescencia, lo que leímos en las historietas (tebeos), lo que descubrimos después en los autores llamados perdurables o clásicos: Chandler, Hammet, Conan Doyle y hasta esa vieja dama digna que fue Agatha Christie.

¿Qué similitudes tiene "Ciudad Santa" con los clásicos de la novela negra?

Todas y ninguna, no lo sé. Vivo aislado, allá en el sur del continente americano y en un pueblo rodeado de sierras. Tengo internet pero no voy al cine ni me encierro a ver videos. No he leído a los suecos, pero no me culpo por ello, ya que cuando estuvo en Buenos Aires, el insigne Hening Mankel dijo que no le interesaba leer novela negra. Leo mucho a mis amigos escritores, no para criticarlos ni para robarles ideas, sino para disfrutarlos. Si me hablas de similitudes o diferencias, te diría que, a diferencia de tanto aspirante a prócer detectivesco que habitan otras páginas de incontables secuelas, los protagonistas de mis novelas sólo quieren sacarse la historia de encima. Toda la historia.

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